Aquel suceso dejó cuarenta muertes confirmadas, 77 desaparecidos y cerca de medio centenar de migrantes, muchos de ellos susceptibles de recibir protección internacional, expulsados
En el segundo aniversario de la tragedia migratoria de Melilla, en la que perdieron la vida decenas de personas mientras intentaban cruzar desde Marruecos a España a través de uno de los pasos fronterizos, el papa Francisco ha pedido que «no tengamos miedo a llamar masacre a estas cosas».
«Cuánta juventud perdida, porque les negaron la libertad y los arrinconaron hacia la muerte», expresa Francisco en un vídeo hecho público este martes y que fue grabado durante el encuentro con varios activistas de derechos humanos, entre ellos Helena Maleno, presidenta de la ONG Caminando Fronteras.
La propia Maleno compartió días atrás una foto del encuentro con el Pontífice a través de las redes sociales en la que recalcó el agradecimiento por recibirla en su casa de Santa Marta y recalcó el compromiso de Francisco con los derechos de los migrantes.
«Está muy preocupado por las víctimas de las fronteras y sus familias. Sigue de cerca mi caso de criminalización hasta que se haga justicia», agregó.
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