Califica la situación de crítica y reclama buscar el verdadero bien del pueblo y no los intereses partidistas
El papa Francisco ha manifestado este domingo su preocupación por la situación que vive Venezuela, que ha calificado como «crítica». «Dirijo un sentido llamamiento a todas las partes para que busquen la verdad, practiquen la moderación, eviten toda clase de violencia, resuelvan las dispuestas con el diálogo y se preocupen por el verdadero bien del pueblo y no por los intereses partidistas», ha dicho tras el rezo del ángelus del primer domingo de agosto.
Así, el Pontífice ha encomendado el país a Nuestra Señora de Coromoto, «tan amada y venerada por los venezolanos, y también a la oración del beato José Gregorio Hernández, «cuya figura une a todos».
Esta misma semana, el Observador Permanente de la Santa Sede, monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, dejó claro su apoyo al episcopado venezolano y pidió a todos los actores políticos una actitud que ayude a superar la crisis.
Al margen de Venezuela, Francisco está preocupado por la situación en Oriente Medio, donde espera que el conflicto entre Israel y Hamás no se extienda todavía más: «Rezo por todas las víctimas, en particular por los niños inocentes, y expreso mi cercanía a la comunidad drusa de Tierra Santa y a las poblaciones de Palestina, Israel y Líbano».
Y ha añadido: «Que se tenga el valor de retomar el diálogo para que cese inmediatamente el fuego en Gaza y en todos los frentes, que se libere a los rehenes y se auxilie a la población con la ayuda humanitaria. Los ataques, también los ataques selectivos, y las matanzas no pueden ser nunca una solución». Como es habitual cada domingo, ha pedido no olvidar a Myanmar.
Al margen de estos desvelos, Francisco ha querido rendir un homenaje a todos los sacerdotes del mundo en la fiesta de san Juan María Vianney. «Expreso mi cercanía y también mi gratitud a todos aquellos párrocos que, con celo y generosidad, a veces en medio de mucho sufrimiento, se consumen por Dios y el pueblo», ha dicho.
El verdadero pan
Antes de la oración mariana, el Santo Padre ha reflexionado sobre el Evangelio del día, en el que Jesús se presenta como el Pan de Vida. «El verdadero pan era y es Jesús, su Hijo amado hecho hombre, que vino para compartir nuestra pobreza para guiarnos, a través de ella, a la alegría de la comunión plena con Dios y con los hermanos», ha afirmado.
De este modo, ha continuado, «las cosas materiales no llenan la vida, nos ayudan a avanzar y son importantes, pero no llenan la vida: solo el amor lo puede hacer». Y para que esto suceda, ha dicho, es necesario tomar el camino de la caridad, que no guarda nada para sí, sino que lo comparte todo.