El Tribunal del Estado de Vaticano ha condenado al cardenal Angelo Becciu a cinco años y seis meses de prisión, inhabilitación perpetua para cargo público y a pagar 8.000 euros. Es el resultado del juicio sobre la gestión de fondos de la Secretaría de Estado y la venta millonaria de un inmueble en Londres.
Según explica Salvatore Cernuzio en Vatican News, el purpurado es culpable de tres cargos de malversación de fondos, según la sentencia comunicada esta tarde por Giuseppe Pignatone, presidente del tribunal.
Junto a Becciu, también han sido condenados Enrico Craso, exasesor de la Secretaría de Estado, Raffaele Minione, financiero, y Fabrizio Tirabassi, exempleado de la Secretaría de Estado. Todos con penas de entre cinco y siete años, multas de entre 8.000 y 10.000 euros y la inhabilitación para cargo público.
La sentencia culpa también al abogado Nicola Squillace, el corredor Gianluigi Torzi y la gerente Cecilia Marogna. La empresa Logsic Humanitarne Dejavnosti tendrá que pagar 40.000 euros.
Según explica en un artículo en los medios vaticanos Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación, este ha sido un juicio importante. «El primero de tal alcance y escala desde que existe el Estado de la Ciudad del Vaticano, es decir, desde la época de los Pactos de Letrán de 1929», añade.
En este sentido, defiende que el juicio se ha llevado a cabo con todas las garantías. Y concluye: «La génesis de este juicio ha demostrado que la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano poseen los anticuerpos necesarios para detectar presuntos abusos o conductas indebidas. El desarrollo del juicio atestigua que la justicia se administra sin atajos, siguiendo el código del rito, respetando los derechos de cada persona y la presunción de inocencia».