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«Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6)

Jornada de Responsabilidad en el tráfico 2024

El domingo 7 de Julio, la Iglesia española celebra la 56 Jornada de Responsabilidad en el Tráfico. Tres días después, se celebrará a S. Cristóbal, patrono de los conductores. Esta Jornada pretende incidir en la responsabilidad que tenemos a la hora de asegurar una movilidad humana y de mercancías sin riesgos para la salud y la integridad de las personas.

Al comienzo del verano, con los desplazamientos masivos en busca de un lugar grato para pasar las vacaciones, estas celebraciones nos ofrecen el marco adecuado para valorar lo que significa la movilidad, un fenómeno significativo del momento histórico en que nos encontramos, y también para incidir en la importancia de velar por el buen desarrollo de la campaña que, por otra parte, no tiene por destinatarios exclusivos a los profesionales como los transportistas, los taxistas, los conductores de ambulancias, y la Guardia civil de tráfico, sino también a los motoristas, los ciclistas, los que se mueven en patinete y hasta los peatones; ¿quién escapa a alguna de estas categorías?

El lema de esta campaña está tomado del discurso de despedida de Jesús a sus discípulos en el que se presenta como el camino, la verdad y la vida. En primer lugar, Jesús se define como el único camino que lleva al Padre: “Nadie va al Padre, sino por mí” (Jn 14, 6). Al mismo tiempo, Jesús es el camino que conduce a los hermanos para sembrar fraternidad, justicia, amor. En segundo lugar, Jesús se muestra como la verdad, puesto que es reflejo de la gloria del Padre (cf. Jn 14, 9) y el rostro del verdadero hombre: en palabras de Pilato, “Ecce homo. He ahí el hombre” (Jn 19, 5). Finalmente, el Señor se presenta como la vida, puesto que regala vida a los enfermos y la devuelve a los fallecidos (cf. Mc 5, 21-43).

En definitiva, podemos decir que Jesús es el camino que conduce a la verdad y a la vida. Como tal lo consideramos y lo confesamos. Esto supone para los cristianos unas exigencias que los obispos de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad humana de la Conferencia Episcopal Española subrayan en su mensaje. Por ser camino y caminar por Él, estamos obligados a ser conductores y peatones responsables, que cumplen las normas de tráfico y respetan a las demás personas, que no pasan de largo ante quien necesita ayuda, que hace grato el viaje a los acompañantes.

Ser discípulo de quien se ha presentado como “la verdad”, nos obliga moralmente a ser sinceros a la hora de averiguar quién produjo un siniestro y cómo se produjo. Las compañías de seguros nos sacan los colores cada vez que dan cifras sobre el fraude que se comete en este terreno. No olvidemos la promesa de Jesús: “La verdad os hará libres” (Jn 8, 32).            

Finalmente, Jesús se ha mostrado como “la vida”. El que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia (cf. Jn 10, 10) nos invita a considerar la grave responsabilidad que adquirimos cada vez que nos subimos a un coche, a una moto, a una bicicleta, a un patinete; también cuando caminamos por las calles y las carreteras. Todos estamos obligados a velar por la vida propia y por la ajena. No hay dinero suficiente para comprar una sola vida humana, única e irrepetible. Por eso, hemos de cuidar la prevención evitando las bebidas alcohólicas y la ingesta de sustancias que puedan disminuir nuestra capacidad física o mental, hemos de colocarnos el cinturón de seguridad y, en fin, evitar el uso indebido del móvil al volante.

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