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Carta del arzobispo de Urgel: «Siempre más lejos en servir y amar»

Estas semanas de septiembre vienen marcadas entre nosotros por la reanudación de las programaciones y de las actividades más habituales del curso. Las vacaciones ya quedan lejos, nos han dado fuerzas para reanudar el camino, pero ahora se nos abre un tiempo por delante. Vivámoslo con la ilusión de servir y de amar. “En todo servir y amar”, aconsejaba S. Ignacio de Loyola, cuando se quiere acertar la entrega al Señor. No nos enfademos ni nos desanimemos. ¡Hay tanto que hacer para que el Reino de Dios llegue con fuerza! Hay tantas personas a las que podemos servir, que nos están esperando, que necesitan quien los ame… Y el amor todo lo puede, todo lo transforma, empezando por aquel que ama, y derramándose en quienes el amor hará mejores y les hará crecer. S. Juan de la Cruz aconsejaba: “Pon amor donde no haya amor, y sacarás amor”.

Hace ya un tiempo, como respuesta a la felicitación del santo para unos amigos que tienen tres hijos aún pequeños, recibía este email que me emocionó: “Te agradecemos mucho que hayas pensado en nosotros. Estos son unos días muy especiales para nuestra familia porque acabamos de aumentar en un miembro la tropa… Se trata de una acogida de estas “indefinidas”, de un niño que estaba en un centro de menores de la Generalitat por una situación familiar desastrosa (tanto, que es improbable que nunca vuelva a su casa, que de hecho no existe). El “personaje” tiene 2 años, se llama Juan, ¡y es un trueno! Espero que sabremos serenarlo e integrarlo en la familia. Para nuestros hijos es una buena experiencia de solidaridad (y de paciencia) y para nosotros no hace falta ni que te lo cuente… Yo, cuando ya no puedo más, me repito a menudo aquello de «quien acoge uno de estos pequeños, me acoge a Mí…» Es cierto que algunas de estas acogidas no acaban siendo exitosas, pero ¿no vale la pena intentarlo? Se trata de un niño que tiene todo el derecho a encontrar personas que lo acojan y amen. El amor se nutre de la confianza en Dios.

¿Y si todos hiciéramos algo más de lo que parece justo y equitativo que hacer? Hay gente generosa, que por Jesús hace cosas que parecen locuras. Gente arriesgada a causa del Evangelio. Existen, aunque se hable poco de ello. Son los santos «de la puerta de al lado», según expresión del Papa Francisco. El Reino de Dios se abre paso con fuerza y los valientes lo acogen. ¿Y yo no amaré un poco más, no me sacrificaré un poco más, no daré un poco más de mi tiempo a quienes me rodean, a la parroquia, al pueblo, a los demás, a una causa noble, a la multitud de cosas útiles que puedo hacer…? ¿Qué debe significar para mí amar cómo Jesucristo nos ama?

El Papa Francisco bendecía así a un grupo de jóvenes que iban a Lisboa este pasado julio: “La vida es ponerse en camino. Deseo que lleguéis con alegría a la JMJ de Lisboa. Mirad hacia dónde deseáis ir. Seguid un camino de vida orientado a compartir y no al aislamiento. Tomar ese rumbo y ponerse en camino. Los jóvenes tienen esta vocación de ponerse en camino. Seguid adelante, con valentía, mirando siempre hacia dónde se desea llegar. Con esta mística del viaje, que está siempre cerca de los demás y nunca solos”. Dios siempre está cerca de nosotros, y se nos ha avanzado con su amor. Amar es acoger ese amor que por el Espíritu Santo habita en nosotros, y hacerlo fructificar. Debemos ir más lejos, siempre mucho más lejos de lo que ya hemos caminado y amado. ¡Buen comienzo del curso!

+ Joan-Enric Vives Sicília

Arzobispo, obispo de Urgel

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