Fidel García Martínez (1880-1973) fue un obispo español que se manifestó en contra de ciertas actitudes que él definía como filofascistas o filohitlerianas, adoptadas por el régimen de privación de libertades establecido por el general Franco tras la Guerra Civil. Fue en su denuncia muchísimo más allá que la mayoría de los no tan abundantes filocomunistas o filoestalinistas que hoy la historiografía laicista ha incluído en el denominado ‘exilio interior’, haciéndonos creer que dentro de ese grupo no hubo también católicos, afines o no a la república, término éste por cierto que tal tipo de historiografía ha hecho equivalente a progres, izquierdistas y antimonárquicos, algo que no tiene base científica.
Pero el prelado no señaló los mencionados tics totalitarios del franquismo, desde una posición poco documentada, sino más bien desde una gran comunión con la Iglesia y desde un elevado nivel intelectual. Sí porque, como dice el Diccionario Biográfico Español http://dbe.rah.es/biografias/50761/fidel-garcia-martinez y más extensamente la autora de dicho artículo Maria Antonia Adan, escritora además de ‘Una voz disidente del Nacionalcatolicismo’, este obispo se doctoró en Filosofía, Teología y Derecho Canónico, ordenándose sacerdote en 1907. Cuenta Maria Antonia que don Fidel era … Persona de gran inteligencia, procuraba mantenerse en contacto con las tendencias filosóficas y teológicas del momento, acudía a congresos y reuniones internacionales, viajó a Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Estados Unidos. Realizó grandes transformaciones al frente de la diócesis entre las que destaca, fruto de su preocupación por la enseñanza y la formación de los nuevos sacerdotes, la construcción del nuevo seminario de Logroño, en cuyo diseño se implicó personalmente…se mantuvo en contacto con las tendencias europeas dentro de la propia Iglesia; su participación en las primeras jornadas del Concilio Vaticano II, demuestran su preocupación y lo avanzado de su mentalidad en el seno de la propia Iglesia Católica, pese a su edad en ese momento. Fue el primer obispo español en tomar la palabra, según ha quedado reseñado en las actas del Concilio.
Su protesta se materializó con la publicación el 12 de marzo de 1942 en el Boletín Oficial del Obispado la instrucción pastoral denominada “Sobre algunos errores modernos”, inspirada en la encíclica que Pío XI escribió contra el nazismo denominada Mit brennender Sorge, en la que condenó sin paliativos al nazismo por su base atea materialista y las consecuencias o frutos a las que esto llevaba irremediablemente. El gesto le granjeó no sólo la enemistad de Falange, sino la del propio régimen, que inició una labor soterrada de difamación y desprestigio del obispo de Calahorra en unos momentos en que el nuevo Estado se consideraba esencialmente católico. Su pastoral reflejaba la desviación autoritaria del nuevo régimen, que se inspiraba en la Alemania nazi, y su contenido fue considerado una denuncia explícita. Publicada en plena Segunda Guerra Mundial, fue difundida y ensalzada por la prensa aliada, sobre todo en Francia y Reino Unido, mientras en España era censurada su difusión en unos momentos en que Franco apoyaba a Hitler y la Iglesia apoyaba a Franco sin reservas…lo cual no significaba ni mucho menos que la Iglesia apoyase sin reservas al nazismo, como demuestra la propia carta de Pío XI y la multitud de testimonios de católicos que formaron parte del exilio interior
Retirado en 1953, se dedicó a lo que sabía hacer, estudiar y escribir, publicando magníficos libros sobre filosofía, teología, y asuntos humanísticos, siendo la obra de su autoría recogida por Maria Antonia Adan:
Dos panegíricos de San Ignacio de Loyola, Palencia, Industrias Gráficas-Diario-Dia, 1920; Credo Sanctam Ecclesiam Catholicam. Naturaleza jurídica y Derechos de la Iglesia, Logroño, Imprenta Moderna, 1938; Algunas consideraciones sobre la vuelta a la Filosofía perenne, Santander, Universidad Pontificia de Comillas, 1945; A propósito de la llamada “Fe eclesiástica”, ¿Debe ser admitida en teología?, Santander, Universidad Pontificia de Comillas, 1946; Observaciones económicosociales a nuestros obreros de la HOAC. Gráficas Espejo, Madrid, 1951; En torno al objeto de la Fe y la evolución del dogma, Oña (Burgos), Sociedad Internacional Francisco Suárez, 1953; De l’authenticité d’une philosophie à l’interieur de la pensée chrétienne, Publications de la Société Internationale Francisco Suárez, Oña (Burgos-Spagne), 1955; El cuerpo místico de Cristo, Barcelona, Juan Flors Editor, 1959; Infalibilidad del Magisterio, Regla de Fe y Fe eclesiástica, Oña (Burgos), Sociedad Internacional Francisco Suárez, 1961; Evolución del dogma y regla de Fe, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1962; Estudios Teológicos, Vitoria, Editorial ESET, Seminario Diocesano-Vitoria, 1972.
Al exilio interior pertenecieron muchos españoles que, no obstante el régimen de privación de libertades que instituyó el general Franco, vieron de guardar para mejores tiempos los justos deseos y anhelos de otro modo de gobierno. Algunos de ellos, fundamentalmente católicos, lo hicieron por el pavor a la implantación de un régimen socialista, algo que se intentó con el apoyo soviético como bien es sabido. La historiografía laicista ha propagado que sólo los ideológicamente afines al Frente Popular deben ser considerados pertenecientes al ‘exilio interior’. Pero al igual que no todos los republicanos españoles eran sólo los afines al Frente Popular, no todos los miembros que sufrieron exilio interior pertenecían a tal espectro ideológico: muchos de ellos fueron católicos convencidos.