Católicos y científicos: Joan Puiggrós Sala, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Joan Puiggrós Sala (1899-¿?) fue un sacerdote jesuita, de los muchos que se han dedicado a la investigación científica. Formado en embriología durante la Edad de Plata, terminó decantándose por la microbiología. Desarrolló actividad científica y docente.
Con la llegada de la Segunda República, Azaña confiscó los bienes de la orden. De no ser por el amparo de una fundación privada católica y científica como La Societat Médico-farmacèutica dels Sants Cosme i Damiàla actividad científica del padre Puiggrós habría cesado. En su actividad docente, promovió la incorporación de mujeres como alumnado.
Comenzó su trabajo en 1922, en el Instituto Biológico de Sarriá (IBS), con el padre Jaime Pujiula. Durante los siguientes veranos, dedicó sus vacaciones recibir sus cursos y terminó convirtiéndose en el auxiliar del entonces director, el padre Puijula, y en el responsable de los trabajos de microfotografía. Ascendió a subdirector del IBS En 1930 y, siguiendo los pasos de Pujiula, se trasladó a Centroeuropa para completar su formación. Cursó en Alemania la carrera de Ciencias Biológicas y posteriormente se trasladó hasta Viena para especializarse en embriología. Allí trabajó con Georg Politzer en el Institut für Histologie und Embriologiede Alfred Fischel y realizó una serie de trabajos descriptivos sobre el desarrollo del pulmón en embriones humanos. En 1936, consiguió el título de doctor y regresó a España. Durante aquellos años, el laboratorio fue abriéndose paulatinamente a nuevos alumnos. Acudían al IBS estudiantes de ingeniería agrónoma y, por supuesto,de medicina. El objetivo de crear generaciones de médicos dotados de una formación científico-teológica, porque se creía en la compatibilidad ciencia-fe, y se demostraba con los hechos.
Durante la Guerra Civil Puiggrós se encargó de guardar el laboratorio de Pujiula que hubo de quedarse en Génova durante la guerra. A su regreso, el jesuita encontró su laboratorio totalmente destrozado. Recuperaron entre ambos todo el material que pudieron, ra dar continuidad a su actividad científico-docente, volviendo a la sede original del IBS. Puiggrós desplazó sus intereses hacia materias claramente más rentables como era la microbiología aplicada y creó un laboratorio especializado en levaduras y fermentación. Además, se propuso ganar estudiantes ampliando la oferta original. Junto a los ya clásicos cursos de verano, se comenzaron a ofertar otros nuevos dedicados también a la embriología pero dirigidos de manera exclusiva a los estudiantes de Medicina de la Universidad de Barcelona. Pujiula seguía encargándose de los estivales ayudado por Puiggrós, mientras que de estos nuevos “de apoyo” se encargaba exclusivamente Puiggrós.
La microbiología de Puiggrós terminó por afianzarse en el IBS gracias el respaldo del CSIC, que le creó una sección propia en 1947. En 1965 Puiggrós fue destinado a Madrid donde siguió con sus trabajos sobre fermentaciones. Durante la actividad de Puiggros se incorporaron al IBS mujeres científicas como Mecé Durfort que llegó a ser Catedrática de Biología Celular de la Universidad de Barcelona, miembro de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona, y de 1994 al 2000 fue presidenta de la Secció de Ciències Biològiquesdel Instituto de Estudios Catalanes. También trabajó en el IBS Assumpció Rambla.
¡Jesuítas conciliando ciencia y religión y promocionando a la mujer en la ciencia!.