Católicos y científicos: María Egües, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Otra de las científicas glosadas en el estudio ‘Historias biográficas: género y científicas en España’, que se presenta en un acto el 12 de abril de 2018, es Maria Egües, una física que trabajó con el científico católico Jose Mª Otero Navascués en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Resulta que fue una devota católica que junto con su marido sirvió denodadamente a la Iglesia Católica en la parroquia de los Jesuitas de Maldonado (Madrid), con Javier Gafo entre otros, entre otras cosas llevando la hoja parroquial durante muchos años.
María Egües trabajó en cálculo de sistemas ópticos en el Instituto de Óptica del CSIC, institución fundada or los católicos practicantes José Ibáñez-Martín y Jose Mª Albareda Herrera. La apoyó incondicionalmente el científico católico practicante Otero Navascués cuando el científico José Casares Gil le manifestó su rechazo a que hubiese mujeres que se dedicasen a la investigación: es decir, que no se puede generalizar que en tiempos de la dictadura todos los hombres fuesen machistas con los ojos de hoy. Es más, los grandes intelectuales de la Edad de Plata española Ortega y Gasset o Manuel Bartolomé Cossío pensaban muy parecido a José Casares Gil.
Otero Navascués trabajó rodeado de mujeres científicas, la mayor parte de ellas católicas practicantes, como Juana Bellanato, Olga Garcia Riquelme, su mas fiel amiga y apoyo incondicional Piedad de la Cierva y otras. Bellanato llegó a decir en cierta ocasión que “el Director del Instituto de Óptica (Otero Navascués) no parecía tener nada en contra de las mujeres científicas”, postura secundada más ahora que entonces por la Iglesia Católica. Otero Navascués además de científico católico era militar, lo que claramente indica que afirmaciones descalificatorias generalizantes sobre los militares de la época en relación a acusarlos de machistas tampoco tiene sentido ni objeto..
El caso de María Egües puede calificarse de heroico porque compaginó pagándoselo de su bolsillo la lactancia de sus hijos con la investigación científica. María Egües dejó bastante claro que se sintió discriminada, pero contemporáneas suyas no dijeron lo mismo. Aplicar sobre esta época una visión del feminismo de género, sólo un tipo de feminismo de los muchos existentes, impide hacer una valoración sosegada y justa de los hombres de la época, que algunos eran machistas pero otros no. Muchas de las compañeras de María han dicho en entrevistas que nunca se sintieron discriminadas. Estudios con la palabra género incluída en el título no tienen porqué demostrar la validez científica de una visión, la del género, que se basa en los sentimientos y no en la ciencia, como las propias leyes al respecto dicen. Tampoco demuestra discriminación que haya diferencia en el porcentaje de personas del sexo masculino y femenino de una corporación, del mismo modo que no demuestra racismo la desigualdad en proporciones de personas de distintas razas.