Católicos y científicos: Miquel Crusafont, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Miquel Crusafont (1910-1983) fue un científico católico español especializado en paleontología que, junto con Bermudo Meléndez, Emiliano Aguirre y otros, difundieron la teoría de la evolución en España, siempre manifestando un tono conciliador con la fe católica, postura ésta todavía vigente a día de hoy, alejada del creacionismo que propugna una interpretación literal de las Sagradas Escrituras, pero para nada materialista o atea.
Fundador en 1969 del Instituto Provincial de Paleontología entonces dependiente de la Diputación Provincial de Barcelona, hoy llamado Instituto de Paleontología Miquel Crusafont, se licenció en farmacia y ciencias naturales. Tenía dos farmacias y se dedicó mucho a la investigación. Aumentó mucho el registro paleontológico de los mamíferos y la estratigraf ía del Terciario español. Se interesó mucho por los métodos biométricos, y junto con Meléndes, Aguirre y otros, fue divulgador en España de la teoría de la evolución desde posturas conciliadoras con la fe católica que siempre profesó, desde puntos de vista finalistas sobre fenómeno de la vida y de la hominización, es decir, ambos provenientes de la acción de Dios.
No le llamaron para escribir en el monográfico de la revista Arbor (que en 2014 cumple 70 años) sobre evolución, achacándolo él a considerarle estudiante provinciano poco relevante. Considerado por algunos maestro de Emiliano Aguirre, el padre de Atapuerca, Crusafont organizó cursillos internacionales de paleontología con sus importantes contactos en el extranjero, en colaboración con el CSIC.
Aun cuando haya habido interpretaciones equivocadas de las teorías evolucionistas por miembros de la Iglesia Católica, como las recogidas en el libro “Naturaleza y laboratorio” de reciente aparición, evolución y fe no se contraponen siempre que no se haga un uso ideológico –materialista o ateo- de dicha teoría. En una de sus cartas decía: «si aquí en España (…) nos metemos los científicos en honduras de tipo filosófico o religioso, lo hacemos para decir que según nuestro punto de vista nada hay en la ciencia que esté reñido con el Dogma. Esto es algo que nos vemos forzados a tratar, pues hablar de Evolución sólo desde el punto de vista científico, sería aquí casi imposible», afirmando en otro lugar que «nunca la Ciencia, por “atrevida” que pueda parecer a determinadas mentes pusilánimes estará en contradicción con los dogmas de la fe cristiana católica». Trabajó con Félix Rodríguez de la Fuente para su programa de evolución en Planeta Azul, que en 1971 fue censurado en cuanto a cualquier alusión a la teoría de la evolución.