«La paz es en primer lugar un don de Dios. Una palabra tan frágil y a la vez tan comprometedora y densa de significado», ha dicho en su discurso a los diplomáticos
En el tradicional discurso de año nuevo al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco hace un repaso por la situación mundial, centrándose en lugares marcados por la guerra y la violencia. Un cuadro que muestra «un mundo cada vez más desgarrado», pero, sobre todo, a miles de personas cuyos rostros nos son por lo general desconocidos y que con frecuencia olvidamos.
Israel y Palestina
«Todos nos hemos quedado conmocionados por el ataque terrorista contra la población de Israel del pasado 7 de octubre, en el que fueron heridos, torturados y asesinados de manera atroz tantos inocentes y en que muchos otros fueron tomados como rehenes. Repito mi condena por esa acción y por cualquier forma de terrorismo y extremismo. No es este el modo en el que se pueden resolver las controversias entre los pueblos, es más, las hacen más difíciles, causando sufrimiento a todos. De hecho, lo que provocó fue una fuerte respuesta militar israelí en Gaza que ha traído la muerte de decenas de miles de palestinos, en su mayoría civiles, entre ellos muchos niños, adolescentes y jóvenes, y ha provocado una situación humanitaria gravísima con sufrimientos inimaginables.
Reitero mi llamamiento a todas las partes implicadas para que acuerden un alto el fuego sobre todos los frentes, incluso en el Líbano, y para la inmediata liberación de todos los rehenes en Gaza. Pido que la población palestina reciba las ayudas humanitarias y que los hospitales, las escuelas y los lugares de culto cuenten con toda la protección necesaria.
Confío en que la Comunidad internacional promueva con determinación la solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino, así como también un estatuto especial internacionalmente garantizado para la Ciudad de Jerusalén, de modo que israelíes y palestinos puedan por fin vivir en paz y con seguridad».
Myanmar
«Deseo llamar la atención de la Comunidad internacional también sobre Myanmar, pidiendo que se haga todo lo posible para dar esperanza a aquella tierra y un futuro digno a las jóvenes generaciones, sin olvidar la emergencia humanitaria que todavía golpea a los rohinyás».
Ucrania
«Por desgracia, tras los casi dos años de guerra a gran escala de la Federación Rusa contra Ucrania, la deseada paz no ha logrado todavía encontrar sitio en las mentes y en los corazones, a pesar de las numerosísimas víctimas y la enorme destrucción. No se puede dejar que se prolongue un conflicto que se va gangrenando cada vez más, en perjuicio de millones de personas, sino que es necesario que se ponga fin a la tragedia en curso a través de las negociaciones, respetando el derecho internacional».
Armenia
«Expreso preocupación también por la tensa situación en el Cáucaso meridional entre Armenia y Azerbaiyán, exhortando a las partes a llegar a la firma de un tratado de paz. Es urgente encontrar una solución a la dramática situación humanitaria de los habitantes de aquella región, favorecer el regreso de los desplazados a sus hogares de forma legal y segura, así como respetar los lugares de culto de las distintas confesiones religiosas presentes en la zona. Estos pasos podrán contribuir a la creación de un clima de confianza entre los dos países en vista de la tan deseada paz».
Etiopía
«Al mismo tiempo, renuevo mi llamada a un serio compromiso por parte de todos los sujetos implicados en la aplicación del Acuerdo de Pretoria de noviembre de 2022, que puso fin a los combates en la región de Tigray, y a la búsqueda de soluciones pacíficas a las tensiones y a las violencias que agobian a Etiopía; así como para el diálogo, la paz y la estabilidad entre los países del Cuerno de África».
Sudán
«Quisiera también recordar los dramáticos acontecimientos en Sudán donde desgraciadamente, después de meses de guerra civil, no se ve todavía una salida; así como las situaciones de los desplazados en Camerún, Mozambique, República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Precisamente tuve la alegría de visitar estos dos últimos países al comienzo del pasado año, para llevar una señal de cercanía a sus poblaciones que sufren, aunque en contextos y situaciones distintas. Agradezco de corazón a las autoridades de ambos países por el compromiso organizativo y por la acogida que me dispensaron. El viaje a Sudán del Sur tuvo un carácter ecuménico, pues fui acompañado por el Arzobispo de Canterbury y por el Moderador de la Asamblea general de la Iglesia de Escocia, como testimonio del compromiso que nuestras comunidades eclesiales comparten por la paz y la reconciliación».
Venezuela
«Si bien no hay guerras abiertas en las Américas, existen fuertes tensiones entre algunos países, por ejemplo entre Venezuela y Guayana, mientras que en otros, como Perú, observamos fenómenos de polarización que socavan la armonía social y debilitan las instituciones democráticas».
Nicaragua
«Sigue siendo preocupante también la situación de Nicaragua; es una crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica. La Santa Sede no cesa de invitar a un diálogo diplomático respetuoso del bien de los católicos y de toda la población».