“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?” (Lc 2,49)
- ¿Conocemos a personas que traten sinceramente de buscar a Jesús y aceptar su misión y su mensaje?
- ¿Las personas que dicen prescindir de él habrán dedicado algún tiempo a preguntarse por qué pretenden ignorarlo?
- ¿Y los que se manifiestan como seguidores de Jesús habrán dedicado algún tiempo a preguntarse por los auténticos motivos de su búsqueda?
- ¿Qué puede implicar en nuestro tiempo esa voluntad de estar en las cosas del Padre celestial?
- ¿Puede haber discrepancia a la hora de elegir entre las cosas de Dios y las cosas de la propia familia?
- ¿Qué significa para un cristiano la experiencia de haber “perdido” al Señor y la necesidad de buscarlo?
- ¿Y yo agradezco la grandeza y la alegría que suponen esas dos bendiciones que pronuncia Isabel al recibir a María?