Ha subrayado que Jesús tiene el poder de liberarnos de las ataduras, pues tiene el poder de expulsar al diablo
El papa Francisco ha animado a los fieles este domingo antes del rezo del ángelus a libertarse de las cadenas que no les dejan ser felices. Cadenas que se presentan en forma de adicciones, modas, tentaciones, la impaciencia y la idolatría del poder.
Sobre la última, ha añadido que «genera conflictos y recurre a las armas que matan o se sirve de la injusticia económica y de la manipulación del pensamiento». «Hay tantas cadenas en nuestras vidas», ha subrayado.
En este sentido, ha recalcado que Jesús ha venido a liberarnos de estas ataduras, pues tiene el poder de expulsar al diablo. «Jesús libra del poder del mal, y tengamos cuidado: echa fuera al diablo, ¡pero no conversa con él! Jesús nunca conversó con el diablo. Y cuando fue tentado en el desierto, sus respuestas fueron palabras de la Biblia, nunca un diálogo. Hermanos y hermanas, ¡con el diablo no hay diálogo! Tened cuidado: con el diablo no se dialoga, porque si dialogáis con él, él gana, siempre. Cuidado», ha agregado.
Tras el rezo mariano, ha pedido paz y reconciliación para Myanmar, igual que para Oriente Medio y Ucrania. Se ha congratulado por la liberación de las monjas en Haití y ha mostrado su cercanía a las víctimas del atentado en Estambul.
«Por favor, escuchen su grito de paz: ¡el grito de la gente, que está cansada de la violencia y quiere que cese la guerra, que es un desastre para los pueblos y una derrota para la humanidad!», ha sentenciado