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Francisco pide a los jóvenes católicos de Rusia que sean sembradores de reconciliación en «este invierno de guerra»

El papa Francisco se unió este viernes por la tarde al X Encuentro Nacional de Jóvenes Católicos de Rusia, que se celebra en san Petersburgo del 23 al 27 de agosto, y pidió a los chicos y chicas allí reunidos que sean «artesanos de paz en medio de tantos conflictos, en medio de tantas polarizaciones».

En su discurso, publicado este sábado, también los alentó a que se conviertan en sembradores de semillas, «semillas de reconciliación, pequeñas semillas que en este invierno de guerra no brotarán por el momento en la tierra helada, pero en una primavera futura van a florecer».

«Como dije en Lisboa, tengan la valentía de sustituir los miedos por los sueños. No sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños. ¡Dense el lujo de soñar a lo grande!», añadió.

Al margen de esta petición, el Pontífice les ofreció una reflexión sobre el lema del encuentro, el mismo que el de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa: María se levantó y partió sin demora.

Tres reflexiones

La primera idea que trató Francisco fue la llamada de Dios a salir y caminar. «El Señor los llamó desde el comienzo de sus vidas, los llamó por sus nombres. Llamados antes de los talentos que tenemos, antes de nuestros méritos, antes de nuestras oscuridades y heridas, antes de todo hemos sido llamados. Llamados por nuestro nombre, tú a tú. Dios no va al montón, no. Dios va del tú a tú», dijo.

La segunda es que el amor de Dios es para todos y la Iglesia es de todos. Volvió a repetir ese famoso ya «todos, todos, todos», porque la Iglesia «es una madre de corazón abierto, que sabe acoger y recibir, sobre todo, a quien tiene necesidad de mayor cuidado».

Y agregó: «¡Cuántas heridas, cuánta desesperanza se pueden curar donde uno se pueda sentir recibido! Y la Iglesia nos recibe. Sueño con una Iglesia donde ninguno sobra, donde ninguno está de más. Por favor, que la Iglesia no sea una aduana para seleccionar a quienes entran y a quienes no. No, todos, todos. La entrada es libre».

El último punto al que se refirió es la necesidad de que jóvenes y ancianos se encuentren. «Los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, tienen la oportunidad de recibir la riqueza de sus experiencias y sus vivencias. Y los ancianos, al encontrarse con los jóvenes, encuentran en ellos la promesa de un futuro de esperanza. Es importante, ustedes, jóvenes, que dialoguen con los ancianos, que dialoguen con los abuelos, que escuchen a los abuelos, que escuchen esa experiencia de vida que va más allá de la de los padres», concluyó.

Con periodistas y juristas

Este mismo sábado, Francisco ha mantenido dos encuentros: uno con la delegación del premio Es Periodismo, concedido al Pontífice, y a los participantes en el encuentro organizado por el International Catholic Legislators Network.

A los primeros hizo una reflexión sobre la comunicación actual que, en su opinión, debe favorecer la cultura del encuentro y no de la confrontación, la cultura de paz y no de guerra, la apertura hacia los demás y no del prejuicio.

En este contexto, el Papa dijo que la desinformación es el primer pecado del periodismo. «Me preocupan las manipulaciones de quienes egoístamente propagan noticias falsas para orientar a la opinión pública. No cedamos a la lógica de la oposición, no nos dejemos influenciar por los lenguajes de odio», añadió.

Esta misma inquietud la trasladó a los legisladores católicos sobre las redes sociales, pues en ellas se pueden encontrar «prácticas deshumanizadoras de matiz tecnocrática, como la difusión de noticias falsas, el fomento del odio y la división o la reducción de las relaciones humanas a algoritmos»

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