El santo Padre ha recordado en la audiencia de este miércoles a este misionero «lleno de celo apostólico por el continente africano»
El Papa Francisco ha realizado la audiencia de este miércoles recordando de una manera especial el testimonio de san Daniel Comboni, un misionero «lleno de celo apostólico por el continente africano». El santo Padre ha querido poner como ejemplo a este santo para reafirmar su preocupación por ese continente que todavía hoy es objeto de explotación y esclavitud.
Basta de asfixiar a África
Francisco ha recordado que Comboni en África, a la luz de las enseñanzas de Jesús, tomó conciencia del mal de la esclavitud que cosifica al hombre. Y comprendió que hunde sus raíces en la esclavitud del corazón, «la del pecado, de la que el Señor nos libera».
El santo Padre ha continuado narrando la historia de san Daniel, quien, tras una primera estancia en África, se vio obligado a abandonar la misión por motivos de salud, pero fue entonces cuando sintió la inspiración de emprender un nuevo camino de evangelización. «Pensó y actuó de forma integral, involucrando al clero local y promoviendo el servicio laical de las catequesis. Los catequistas son un tesoro de la Iglesia: los catequistas son aquellos que van adelante en la evangelización».
El Papa señala que la labor evangelizadora de san Comboni no sólo se apoyó en valores importantes como la libertad, la justicia y la paz, sino que «acudía al amor de Cristo y llevaba al amor por Cristo». El fundamento de su misión fue la caridad hacia los hermanos y el amor a Cristo, que, como él mismo escribió, hace dulce el sufrimiento e incluso el martirio.
Una Iglesia solidaria con los crucificados de la historia
Hay otro aspecto de Comboni que el Papa llama la atención de los fieles y es su actuar siempre en comunión, en la Iglesia. Francisco subraya de nuevo su testimonio de celo en la caridad y en la misión siguiendo las huellas del Buen Pastor: «Su celo nació enérgico y profético en el oponerse a la indiferencia y a la exclusión. En las cartas se refería apremiante a su amada Iglesia, que por demasiado tiempo había olvidado a África. El sueño de Comboni es una Iglesia que hace causa común con los crucificados de la historia, para experimentar con ellos la resurrección».
«No olvidéis a los pobres»
San Daniel Comboni, señala Francisco, invita también hoy a la Iglesia a no olvidar a los pobres y a amarlos «porque en ellos está presente Jesús crucificado, esperando resucitar». Ha concluido su intervención indicando que «antes de venir aquí, tuve un encuentro con legisladores brasileños que trabajan para los pobres, que tratan de promover a los pobres con asistencia y justicia social. Y ellos no se olvidan de los pobres: trabajan para los pobres. A vosotros os digo: no olvidéis a los pobres, porque serán ellos los que les abrirán la puerta del Cielo».