“Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto” (Jn 20,2)
- “Se han llevado del sepulcro al Señor”. ¿Esta voz de alarma, pronunciada por María Magdalena, no parece actual en un mundo que parece haber secuestrado a Jesucristo?
- ¿Qué signos encontramos en nuestra sociedad que delaten hoy la ausencia de Jesús y de su mensaje?
- “No sabemos dónde lo han puesto”. Si la primera parte de la frase de Magdalena parece un lamento por la acción venida de fuera, ¿no nos acusará esta otra parte a los que pertenecemos al pueblo de Dios?
- Tras la muerte de Jesús, sus discípulos estaban desolados. ¿A qué se debe la desorientación en las creencias y en el comportamiento que se percibe en la Iglesia?
- ¿No estaremos necesitando hoy personas como María Magdalena que con su anuncio despierten a los que parecen desalentados por la aparente ausencia del Señor?
- Por otra parte, ¿estamos los discípulos de hoy dispuestos a escuchar la voz de quienes nos exhortan a buscar al Señor?
- ¿Estoy convencido de que el anuncio del sepulcro vacío ha de renovar mi fe en el Señor resucitado?