El Pontífice visitó la parroquia san Juan María Vianney de Roma y animó a los pequeños a dar las gracias y a pedir perdón. También a rezar incluso en los momentos más difíciles
La Escuela de Oración —una iniciativa del papa Francisco para encontrarse con diversos grupos en el Año de la Oración en vistas del Jubileo 2025— ya está en marcha. La primera cita se ha producido en la parroquia san Juan María Vianney de Roma y los protagonistas fueron 200 niños que se preparan para la Primera Comunión.
Durante cerca de una hora, los pequeños y el Pontífice conversaron sobre cuestiones como los amigos, la familia, la muerte o la importancia de rezar. Así lo expresa en su crónica para Vatican News Salvatore Cernuzio: «Estaban emocionados y entusiasmados, como se pudo ver ya en el momento de los saludos, cuando Francisco intentó chocar los cinco con cada uno o apoyar la mano en sus frentes. Solo al final se detuvo unos segundos con la pequeña Alice, en primera fila, en silla de ruedas, para acariciarle la cabeza envuelta en un pañuelo».
Así, Francisco animó a los niños a dar gracias, a pedir permiso y, por último, a decir «lo siento». «¿Es buena una persona que nunca dice lo siento? Es difícil pedir perdón, a veces nos invada la vergüenza y el orgullo. Pero es importante, cuando uno se equivoca, decir lo siento. Tres palabras: gracias, permiso, lo siento»
Un lugar relevante en el encuentro fue para la oración, que debe hacerse en todo momento. «Incluso en los momentos oscuros, tenemos que dar gracias al Señor, porque Él nos da la paciencia para sobrellevar las dificultades. Digamos juntos: gracias, Señor, por darnos la fuerza para afrontar el dolor», dijo.
Al final del encuentro, Francisco regaló rosarios y huevos de chocolate a los niños, mientras que a los sacerdotes y catequistas entregó los seis primeros volúmenes de la serie Apuntes de la Oración, materiales para preparar el Jubileo de 2025.