Francisco les ha animado a seguir evangelizando, «con paciencia, sin dejarnos desanimar por las dificultades y las incomprensiones»
El papa Francisco completó su agenda de este lunes reuniéndose con los referentes de la Iglesia en Papúa Nueva Guinea y de las Islas Salomón —obispos, sacerdotes, diáconos, consagradas, catequistas…—, a los que ha enviado a las periferias del país, para encontrarse con los más pobres y abandonados, con «los marginados y heridos, moral y físicamente».
«No lo olvidéis: ¡cercanía, cercanía! Ya sabéis que las tres actitudes más bellas son la cercanía, la compasión y la ternura. Si una mujer o un hombre consagrado, un sacerdote, un obispo, los diáconos no son cercanos, no son compasivos y no son tiernos, no tienen el Espíritu de Jesús. No lo olvidéis: cercanía, compasión, ternura», ha dicho.
También ha subrayado la importancia de estar presentes y hacer visible el mensaje del Evangelio. «Estimándonos y respetándonos unos a otros y poniéndonos al servicio de los demás, podemos mostrar a cualquiera que se encuentre con nosotros lo hermoso que es seguir juntos a Jesús y anunciar su Evangelio. La belleza de estar ahí, por tanto, no se experimenta tanto en los grandes acontecimientos y momentos de éxito, sino más bien en la fidelidad y el amor con los que nos esforzamos por crecer juntos cada día», ha agregado.
Finalmente, ha animado a la esperanza, a confiar «en la fecundidad de nuestro apostolado, continuando a sembrar pequeñas semillas de bien en los surcos del mundo». «Parecen minúsculas, como un grano de mostaza, pero si confiamos y no dejamos de esparcirlas, por la gracia de Dios brotarán, darán una cosecha abundante», ha agregado.
Y ha concluido: «Sigamos evangelizando, con paciencia, sin dejarnos desanimar por las dificultades y las incomprensiones, incluso cuando estas surgen donde menos desearíamos encontrarlas: en la familia, por ejemplo, como hemos oído».