El prelado compostelano ha presentado este lunes en Madrid la Cátedra de Estudios Europeos Camino de Santiago de la Fundación Pablo VI y la archidiócesis de Santiago de Compostela
El arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto Fernández, ha presentado este lunes en Madrid la Cátedra de Estudios Europeos Camino de Santiago, impulsado conjuntamente por la Fundación Pablo VI y la archidiócesis de Santiago de Compostela. Una ocasión que el prelado compostelano ha aprovechado para animar a los cristianos a poner al hombre de hoy en pie y a hablarle de Dios.
«Los rostros son más importantes que las ideas y no podemos separar a Dios del prójimo. Hoy es osado y molesto hablar de Dios, pero no podemos callar. No se puede dar culto a Dios sin velar por el hombre, su hijo, y no se sirve al hombre si no le respondemos a la pregunta por Dios. Y esta es la pregunta que debe suscitar el Camino de Santiago», ha agregado.
En una conferencia titulada Los caminos y los senderos de Dios en el Camino de Santiago, Prieto ha disertado sobre la condición exclusiva de peregrino del hombre, el homo viator, pues «siempre está en camino y solo cuando está en camino es verdaderamente hombre».
Una condición ha abundado, que aparece de forma constante en las Sagradas Escrituras desde el inicio de la humanidad, desde Adán y Abrahán, pasando por san Pablo hasta nuestros días.
En una bella intervención, con numerosas citas literarias de autores como Calderón de la Barca, Jorge Manrique, Rainier Maria Rilke, Blaise Pascal, Blas de Otero o san Agustín, ha subrayado que el hombre es siempre peregrino hacia la meta y que el creyente recorre un camino consciente de que está en peregrinación. «Todo cristiano debería llevar consigo la dinámica del éxodo, caminar para ir más allá», ha agregado.
Con todo, ha señalado que la peregrinación a Santiago de Compostela es «estímulo y ocasión para una verdadera conversión, para volver a la casa del Padre». Para volver, ha insistido, la mirada a Dios y a los hermanos.
Así, en un contexto en el que «Dios se ha vuelto prescindible, no parece necesario» y en el que «no se puede presuponer la fe y se vive de espaldas a Dios», ha recordado las llamadas de san Juan Pablo II y Benedicto XVI desde Compostela. El primero para reivindicar las raíces y el segundo para afirmar que «la Europa de las ciencias y las tecnologías tiene que ser la Europa abierta a la trascendencia y a la fraternidad».
Compromiso con la mejor política
Tras constatar que el Viejo Continente parece «cansado y deprimido», con una guerra a sus puertas, ha dicho que los católicos tienen que comprometerse «con la mejor política, que es la que está al servicio del pueblo, del bien común y la fraternidad».
Y ha concluido: «En esta Europa, deberíamos aprender a escuchar más y con más atención. Europa es un proyecto común, sobre todo de personas y pueblos, no de estrategias políticas y económicas.
En el evento también han participado el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela, y la directora de la citada cátedra, Marta Pedrajas, que ha ejercido como moderadora.