Fernando Cordero Morales, SS. CC. es consejero general de la Congregación de los Sagrados Corazones
Aunque suene poético o literario, no podemos olvidar que el canal de YouTube de Cruzando Fronteras comenzó hace cuatro años con una entrevista al cartero de Pablo Neruda que encontré sorpresivamente en Chile junto al Pacífico. 200 emisiones después, semana tras semana, hemos ido cruzando todo tipo de fronteras: geográficas, existenciales y, sobre todo, la del encuentro con Dios. Una escucha atenta a los más variopintos entrevistados —algunos anónimos y otros más conocidos— y un tiempo de calidad han sido claves para que cada cual haya sacado lo mejor de sí mismo y lo haya puesto en juego para ensanchar la mesa del Reino. Al final, uno saca la conclusión de que, en medio de tanta diversidad, hay más de lo que nos une en general de lo que nos separa, cuando no nos quedamos en la superficie y nos atrevemos a lanzarnos al diálogo respetuoso desvelando así el misterio que cada ser humano esconde y desea compartir.
Si evangelizar es anuncio y encuentro, en un mundo con tantos muros, es más necesario que nunca que las fronteras no sean lugar de separación sino de encuentro. Nuestro programa ha ido a contracorriente en los cánones de la comunicación digital, porque para los patrones de las audiencias resulta excesivamente largo, no atrapa por los instantes sino por el ardor de los testimonios. Sin embargo, ha tratado de ser fiel al modo de relacionarse de Jesús con enfermos, excluidos, gente diversa, de dentro y de fuera de la Iglesia. Lo más bonito, cuando finaliza la grabación y alguien de tradición hinduista te dice: «Demos gracias juntos a Dios».
El encuentro de calidad con tantas personas me confirma a continuar esta aventura digital, ahora más si cabe alentados por este Jubileo de la Esperanza que vamos a vivir en 2025.