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Jacques Philippe en España: «La oración no puede darse por supuesto. Necesitamos aprender a rezar»

El sacerdote de la Comunidad de las Bienaventuranzas participó en una jornada académica de la Universidad Eclesiástica San Dámaso sobre la oración y la misión

Interesante y profunda fue la intervención de Jacques Philippe, sacerdote francés, de la Comunidad de las Bienaventuranzas, voz autorizada en cuestiones de espiritualidad y oración este miércoles en Madrid. Precisamente, su presencia en España estuvo motivada por su participación en una jornada académica organizada por la Facultad de Teología, la Cátedra de Misionología y el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) con el título Oración y misión.

En primer lugar, el sacerdote planteó la oración como una llamada de Dios a los hombres y no tanto una actitud de estos. «Dios mismo suplica que oremos y no nos conformemos con una oración superficial», dijo. De hecho, explicó que si somos fieles a la oración no es porque sea útil o porque haya que hacer, sino porque «Dios nos lo pide, lo suplica».

«Rezamos, en primer lugar, porque Dios nos lo pide. En esta perspectiva será más fácil mantenerse fiel. […] No es el hombre quien busca a Dios», agregó.

Tras afirmar que la oración es uno de los lugares fundamentales donde se acoge la gracia de Dios, añadió que es necesario formarse en el arte de la oración. «La oración no puede darse por supuesto. Necesitamos aprender más allá», dijo. Y fue más allí, pues constató que no sabemos rezar, que la oración es, en ocasiones, demasiado cerebral y superficial. «Necesitamos una oración más profunda para el apostolado y los retos del mundo», ahondó Jacques Philippe.

Porque, continuó, la oración no repliega hacia uno mismo, sino que «nos envía a los demás». Por eso, destacó la necesidad de tener tiempo de oración, de retiro, tiempo para estar con Dios.

Es la primera misión

En este sentido, dijo que la oración es por sí misma una misión, «la primera misión a la que somos llamados». Así, confesó que suele decir a los sacerdotes que su primera misión es rezar por el pueblo que atienden y que eso ya es apostolado y evangelización. Oración de alabanza —cuanto peor va el mundo, más hay que alabar la grandeza de Dios— u oración de intercesión —me permite rezar por todo el mundo—.

Jacques Philippe también habló sobre la capacidad de la oración para purificar el interior de cada uno. «Es bueno ser generoso en las obras, pero sin olvidar la purificación interna y la oración es uno de los medios para lograrla».

Finalmente, puso en valor la importancia de la dimensión comunitaria, pues «no somos misioneros solos, nos necesitamos». Sin una auténtica fraternidad, añadió, «no estamos en la lógica del Evangelio».

Intervención completa de Jacques Philippe en Madrid.
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