La archidiócesis de Burgos recuerda que, ante la insuficiencia de los saldos, se hace «necesaria la aportación de fondos por parte de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu»
Según anunció en rueda de prensa el arzobispo de Burgos, monseñor Mario Iceta, a la sazón comisario pontificio y representante legal de los conventos de Belorado, Orduña y Derio, la Comisión Gestora recibió en la noche de ayer martes, 25 de junio, diversas facturas y nóminas de los empleados, a través de varios correos electrónicos remitidos por la exabadesa Laura García de Viedma, apenas cuatro días después de que fuese decretada su excomunión. Según ha revelado la propia archidiócesis en un comunicado de prensa, se procederá a estudiar «con detenimiento» la citada documentación.
Así, las facturas por los servicios prestados con anterioridad al nombramiento del comisario pontificio ascienden a un total aproximado de unos 11.000 euros, relativos a mantenimiento eléctrico, cartonería y materia prima para la elaboración de productos de repostería. El importe de estas deudas se tratarán con las personas o entidades que las emitieron.
Todo ello sin menoscabo, como anunció monseñor Iceta ante los medios de comunicación, de que la administración de la Comisión Gestora haga también frente al pago de aquellas facturas de servicios y suministros ordinarios, así como a los servicios precontratados que se estiman necesarios para la vida ordinaria de la comunidad.
La archidiócesis de Burgos informa asimismo de que también hará frente «al pago de once nóminas, por un importe aproximado de 9.800 euros, además de las obligaciones de la Seguridad Social correspondientes». Para realizar estos pagos, y ante la insuficiencia comprobada de los saldos en las cuentas bancarias de los conventos, se hace «necesaria la aportación de fondos por parte de la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu».
Por último, la Gestora requiere «una vez más» a Laura García de Viedma la «obligación que tiene de remitir toda la información económica, laboral y fiscal necesaria para el desempeño de nuestro cometido».
Los falsos sacerdote y obispo ya no están en el monasterio
Por la tarde, las diez exreligiosas confirmaron a través de un nuevo comunicado que tanto el falso obispo como el falso sacerdote, Pablo de Rojas y José Ceacero respectivamente habían abandonado el cenobio. También defendieron que el monasterio pertenece a la comunidad y que solo reconocen la autoridad de los tribunales de justicia.
Además, las exclarisas, según confirmó más tarde la archidiócesis de Burgos, quieren secularizar la actividad en el monasterio, presentando para ello «una instancia para otorgar naturaleza civil a esta actividad».
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«Efectivamente, el Monasterio de Belorado es propiedad de la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado, siendo, por tanto, un bien de titularidad eclesiástica. Desde el momento en que estas personas han incurrido en excomunión, ya no forman parte de dicha comunidad y, en consecuencia, dejan de ser legítimas poseedoras del inmueble, sin título legal alguno para habitar ni permanecer en él», explicó la archidiócesis en un comunicado.
Asimimo, señaló que en ningún momento se ha amenazado a las exreligiosas: «Nuestra actitud ha sido, es y seguirá siendo de respeto y consideración». Tras mostrar su preocupación por la situación de las hermanas mayores, reiteró nuevamente «la disposición de la Iglesia católica de acoger nuevamente a quien quiera emprender el camino de regreso a casa».