A través de un manifiesto, la madre abadesa de estas comunidades asegura que no reconocen a los Papas posteriores a Pío XII, que consideran que la Iglesia conciliar no es católica y, por tanto, abandonan la Iglesia católica y se someten a Pablo de Rojas, excomulgado en 2019. El Arzobispado de Burgos pide a los fieles que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico en ambos monasterios
La Iglesia católica en nuestro país se ha despertado este lunes conmocionada por una noticia: las clarisas de Belorado y Orduña, a través de un manifiesto firmado por la abadesa, madre Isabel, dicen no reconocer a ningún Papa tras Pío XII —acusan a todos los posteriores de usurpadores— y condenan el «latrocinio» del Vaticano II. Llegan a decir que «la Iglesia conciliar no es la Iglesia católica».
Manifestada la voluntad de abandonar la Iglesia, se someten a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado por la Iglesia católica en 2019. Lo consideran sacerdote y obispo válido.
Junto con el manifiesto, las comunidades han publicado una carta en la que dicen que se les han puesto muchas trabas desde la Iglesia, principalmente, en lo que atañe a la venta de un monasterio de su propiedad, el de Derio, para hacer frente a la compra del de Orduña, ambos en Vizcaya.
Ante esta situación, el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria, diócesis en las que se encuentran las comunidades, han publicado un extenso comunicado en el que expresan su «perplejidad» ante esta situación y ofrecen su versión.
Afirman no haber recibido ninguno de los dos documentos de forma oficial y rechazan las acusaciones contra la Cátedra de Pedro. También se afirma que, aunque en los documentos se hable en nombre de todas las hermanas, este extremo deberá ser verificado.
En el comunicado de las dos diócesis, se reconoce que la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu (Provincia de Cantabria – Hermanas Clarisas), a la que pertenece Belorado, manifestó el pasado 13 de abril al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, la sospecha de la posible comisión de un delito de cisma y que el 24 de abril se abrió una investigación previa.
Hasta que este lunes aparecieron publicados los documentos ya referidos y la vicaria de la comunidad, sor Paz, confirmó en conversación telefónica con Iceta que abandonan la Iglesia. «Accede a hablar con el arzobispo, confirmándole el abandono de la Iglesia católica por parte de toda la comunidad y manifestando que la decisión ha sido tomada por unanimidad de todas las monjas. En ningún momento, sor Isabel [la abadesa] se ha puesto al habla con el arzobispo, que pide una comunicación oficial», recoge el comunicado. Tras este requerimiento, se envía una copia del manifiesto al arzobispo, pero no la carta de abandono de la Iglesia católica.
Otro extremo que ha podido confirmar el propio arzobispo con la vicaria es que Pablo de Rojas ha visitado el monasterio al menos en tres ocasiones y también una persona llamada José, que dice ser sacerdote y ayudante de De Rojas, y que será el encargado de celebrar la Misa en el monasterio. Ante esta información, el arzobispo comunicó a la vicaria la gravedad del acto y la pena canónica en la que pueden incurrir, que es la excomunión automática.
Ante esta situación, Iceta informó de la situación a la Santa Sede, al nuncio en España, al presidente de la Conferencia Episcopal Española, al presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y a los obispos de Vitoria y Bilbao.
A la espera de las indicaciones de la Santa Sede, pide a los fieles que «se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en el monasterio de Santa Clara de Belorado ni en el de Santa Clara de Orduña»
El comunicado conjunto señala también que tras la visita a las monjas por el arzobispo en 2021 y 2023, no se manifestó ninguna incomodidad o queja, lo mismo que cuando fue el delegado episcopal para la Vida Consagrada el pasado 12 de abril.
La venta de Derio
Las comunidades, según el escrito de la madre abadesa, se quejan de la negativa de la Iglesia a autorizar la venta del monasterio de Derio, cuyo importe sería destinado a la compra del de Orduña, ya comprometida con las clarisas de Vitoria.
«La comunidad de Belorado firma en octubre de 2020 con la comunidad de clarisas de Vitoria un acuerdo de compra-venta del monasterio de Orduña (que al estar extinguido se encontraba en venta desde 2002) por un importe de 1.200.000 euros y con una mora de dos años. En dicho acto, se aportan 100.000 € y se comprometen a realizar pagos semestrales de 75.000 €. El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se ha hecho ningún pago», explica la diócesis.
Siempre según el arzobispado, no es hasta principio de este año cuando la abadesa manifiesta tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta del monasterio de Derio. A los requerimientos para conocer el nombre y con sospechas de que era ajena a la Iglesia, no se facilita. Y sigue sin saberse.
Ante los impagos, la comunidad de Belorado «es convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compra-venta a instancias de esta última comunidad».
Y concluye el comunicado: «En la notaría, sor Isabel, acompañada por sor Paz y sor Sión, entrega un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el monasterio de Orduña y un 30 % por daños y perjuicios. Al no aceptar sor Isabel la rescisión del contrato, lleva el asunto a instancias judiciales».
¿Qué han dicho las monjas de Belorado?
Tras varios días de silencio, las monjas han roto el silencio a través de sor Sion en una cuenta en Instagram llamada Te hago luz, el mismo nombre que utilizan en su nueva página web.
En ella, la monja afirma que no se han ido de la Iglesia católica, que no están secuestradas y que con el paso del tiempo irán dando explicaciones de lo que ha sucedido.
La reacción de la Conferencia Episcopal Española
Por su parte, la Conferencia Episcopal Española (CEE), a través de la Comisión para la Vida Consagrada, publicó el jueves 16 de mayo una nota ante la decisión de la comunidad de clarisas de Belorado y Orduña de apartarse de la Iglesia católica y someterse a un falso obispo, líder de una secta. Ante la confusión generada y las dudas de que toda la comunidad esté de acuerdo con la decisión comunicada por la abadesa, pide que cada hermana manifieste su postura.
De hecho, en la nota se sostiene que «el desarrollo de los acontecimientos sugiere que no todas las hermanas suscriben la carta de la abadesa». «Igualmente, pedimos la apertura de todas las hermanas de la comunidad al diálogo con obispo, sacerdotes, personas consagradas, hermanos y hermanas de la Iglesia católica que, fueles a la verdad y en comunión con el papa Francisco, buscan el bien para este monasterio y para cada hermana clarisa».
Tras reconocer y apreciar el testimonio de tantas hermanas clarisas que viven en comunión con la Iglesia, lamentan la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia católica contenida en la carta de la abadesa y el denominado Manifiesto.
Y consideran que los motivos de descontento expuestos por la abadesa «tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa y no encontramos relación proporcionada entre las causas expuestas y la conclusión a la que se llega».
La Federación de Clarisas
La Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu —a través de su presidenta, la hermana Javier Soto— y la Provincia de Arantzazu de los franciscanos —a través de su presidente, Joxe Mari Arregui— pidieron a las clarisas de Belorado que reconsideren su postura.
«Pedimos a las hermanas clarisas de Belorado que reconsideren su postura, disciernan su doctrina de acuerdo a los modos franciscanos de comunión y fraternidad y con humildad franciscana vuelvan a lo que siempre han sido», recogieron en un comunicado conjunto que hacen en nombre del Ministro General de la Orden, Massimo Fusarelli.