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La mitad de personas que acuden a Cáritas por pobreza tienen un trabajo

La entidad eclesial invirtió 486,5 millones de euros en atender a más de 2,5 millones de personas, tanto en España como fuera de nuestras fronteras

La mitad de personas que acudieron a Cáritas durante 2023 por situación de pobreza tenían un trabajo, un dato que evidencia el deterioro de la precariedad laboral en un país con un 26% de población en exclusión social. Estos son algunos de los datos más destacados de la Memoria de Actividades de Cáritas en 2023, que ha sido presentada esta mañana en Madrid. «El año pasado, hemos constatado en nuestros servicios de acogida y otros recursos que las personas que acuden a nosotros tienen cada vez mayores dificultades de acceso a derecho. Son personas con un cúmulo de necesidades, con una sensación de agotamiento y desgaste por el esfuerzo continuo en la búsqueda de cómo resolver esas necesidades básicas», ha explicado Natalia Peiro, durante la presentación.

Acudiendo a las cantidades, Cáritas celebra que, gracias a la generosidad de sus socios, voluntarios y donantes privados, pudo invertir 486,5 millones de euros el ejercicio pasado en ayudar a más de 2,5 millones de personas, tanto dentro como fuera de España –1,3 millones en nuestro país y 1,2 fuera de nuestras fronteras–. Son casi 30 millones de euros más –un 6,4%– que en 2022, debido a las necesidades derivadas de la pérdida de la función protectora del trabajo, un encarecimiento de la vivienda que parece no tener límite y la irregularidad administrativa. En este sentido, una de cada tres personas atendidas por Cáritas en 2023 se encontraba en situación administrativa irregular.

«La mejora de la tasa de actividad y disminución del paro en 2023 no se ha traducido en un aumento de la calidad del empleo, sobre todo para las personas en situación de exclusión social. Con una tasa del 11,9%, España sigue siendo uno de los paíes de la UE con mayor índice de pobreza laboral debido a la parcialidad, bajos salarios y temporalidad», ha agregado Peiro.

Conscientes de que el empleo es uno de los principales factores de integración, Cáritas volvió a aumentar una vez más los fondos invertidos en programas de Economía Solidaria, con 21,3 millones de euros más para llegar hasta un total de 136,8 millones, consiguiendo atender con estos recursos casi un 5% más de personas en busca de empleo que el año anterior. Los otros programas que más recursos utilizaron a lo largo del año pasado fueron los de personas mayores –42,9 millones–, personas en situación de sinhogarismo –41,3 millones– y los de familia, infancia y juventud –28,5 millones–.

«En nuestro día a día nos topamos con muchas personas haciendo grandes esfuerzos por superarse, por aprender, por adquirir nuevas competencias, por superar la brecha digital y por enfrentarse a sus miedos y a la multitud de obstáculos que encuentran en su camino. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto no es suficiente para alcanzar un empleo digno. Y ellos es porque nuestro sistema socioeconómico, basado en la rentabilidad económica, la acumulación, el individualismo, la competencia y el consumo desmedido, nos sigue conduciendo a unos índices de desigualdad creciente, una precariedad laboral en aumento y un avance en la degradación del medio ambiente, incompatibles con la justicia social y la igualdad en el acceso a derechos», ha afirmado la secretaria general de Cáritas.

Fuera de España, los distintos proyectos de cooperación internacional sumaron una inversión total de 25,2 millones, atendiendo a 1,2 millones de personas. Dentro de la acción humanitaria destaca el trabajo realizado en Marruecos, Turquía y Siria por los terremotos, el apoyo en Tierra Santa, así como el trabajo desarrollado en Ucrania, Mozambique, Etiopía o Líbano.

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