La monja, que falleció en Cubas de la Sagra, no ha necesitado milagro para subir a los altares
El papa Francisco ha autorizado al Dicasterio de las Causas de los Santos a promulgar el decreto que confirma el culto inmemorial de la sierva de Dios Juana de la Cruz, monja profesa de la Tercera Orden Franciscana y que fue abadesa en Cubas de la Sagra, en la actual diócesis de Getafe, donde falleció en 1534. Este decreto es equivalente al de beatificación, con la única salvedad de que se la eximie de realizar un milagro.
Nada más conocer la noticia, el sacerdote de Getafe y vicepostulador de la causa, Inocencio García de Andres, ha afirmado que es «un día grande», para el convento Cubas de la Sagra, para las diócesis de Getafe y Toledo y para la orden franciscana.
«Desde su muerte y durante muchos años tuvo culto público, y hoy, tras un largo camino recorrido, la Iglesia la reconoce como beata y aprueba su culto público. Celebraremos la Eucaristía, procesiones y actos públicos en su honor y de ahora en adelante daremos a conocer a la beata Juana de la Cruz para amarla más», ha dicho García de Andrés en declaraciones recogidas en la web de la diócesis de Getafe.