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Los apóstoles de Jesús en el siglo XXI

Ángel Luis Iglesias, artista salmantino y Premio Antonio López de Pintura, se imagina a los apóstoles y discípulos de Jesús como a sus amigos. Una pregunta ha rondado su cabeza desde hace años:si Jesús viniera hoy, ¿quién le seguiría? ¿a quién elegiría? A personas como nosotros, rostros cualquiera que te puedes encontrar cada día en la calle. Personas con nombres y apellidos, que cada día se levantan para ir a trabajar y vuelven a casa cansados.

Apóstol es una exposición diseñada expresamente para habitar la catedral de Salamanca. Como un puzle, encaja a la perfección con la arquitectura y el arte del templo, una suerte de estilos —se construyó hace más de 500 años— que compartirán durante unos meses espacio con el arte contemporáneo.

Para Iglesias, este diálogo con el templo y con otros estilos artísticos es una parte fundamental de la obra. El lienzo de cada apóstol está situado al pie de cada uno de los doce pilares de la catedral. Mientras que los evangelistas están colocados en los cuatro pilares que sostienen la cúpula. En total son 62 cuadros, que representan a todos los discípulos que aparecen en el Nuevo Testamento, y que se extienden hasta el Palacio Episcopal, donde podemos encontrar a las mujeres que siguieron y anunciaron a Jesús.

Es el resultado de 16 años de trabajo, en los que el artista ha estudiado la Biblia en profundidad. Con el encargo de pintar una Última Cena que luego nunca salió adelante, Iglesias empezó a fotografiar a gente de su círculo cercano. Poco a poco, a medida que iba estudiando la Sagrada Escritura, fue asignando un rostro con un discípulo, teniendo en cuenta sobre todo la personalidad de cada uno. Su amigo gruñón ponía rostro al discípulo gruñón. Son personas concretas, con un nombre concreto y una historia detrás, porque son amados por Jesús y, por tanto, son llamados por su nombre. El rostro de Judas es el suyo propio, «si yo crucifiqué a Cristo —se refiere a haber pintado la crucifixión—, el peso debía recaer sobre mis hombros» explica a ECCLESIA.

Precisamente este personaje y Jesús son los dos que experimentan una transformación mayor en el recorrido de la exposición. El artista juega con los colores y las sombras, los fondos blancos o negros para variar el mensaje que quiere expresar. El Judas inocente del inicio acaba en un retrato que emula a una moneda. En cambio, Cristo, conforme se va acercando la Pasión, se encuentra cada vez más entre tinieblas. Mientras que en el panel final vuelve a ser un niño, porque, cuenta Ángel Luis, «Jesús muere y resucita, vuelve a nacer».

La exposición, que en sus primeros diez días ha tenido una gran acogida, se podrá visitar en la catedral salmantina hasta el 15 de enero, fecha en la que, por petición de la Junta de Castilla y León, girará por toda la región. El propio presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, expresó en la presentación que «el arte es imprescindible para mostrar el mensaje de fe». También el arte contemporáneo.  

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