Querido amigo: Hoy estamos ante un encuentro en el que vemos a Jesús lleno de ternura, de humanidad, detallista, ejemplar. Jesús se preocupa de todo lo que le afecta a la gente que tiene a su lado: desde la fe hasta la salud. Cualquier gesto es admirable para ver cómo reacciona Jesús ante tantos acontecimientos imprevistos. Hoy tenemos uno de ellos y lo vamos a ver en el Evangelio que nos narra San Marcos en el capítulo 5, versículo 21-43. Allí vamos a ver cómo Jesús se conmueve, cómo trabaja por alegrar, por tranquilizar a un hombre que se llama Jairo, cuando resucita a su pequeña hija que sólo tenía doce años. Vamos a escucharlo con atención: