El subsecretario de la Secretaría General del Sínodo interviene en la reunión que recoge las propuestas de la Iglesia en España para la sesión del próximo mes de octubre
El subsecretario de la Secretaría General del Sínodo, Luis Marín de San Martín, ha participado este sábado en la Asamblea Sinodal de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en la que se trabajan las aportaciones de las diócesis y otras realidades eclesiales sobre el informe de síntesis Una Iglesia sinodal en misión, surgido de la primera asamblea del Sínodo sobre la sinodalidad.
«El trabajo realizado sigue proyectándose hacia el futuro. Sé que no siempre es fácil, que hay resistencias, dificultades, obstáculos. A veces, hay que ir a contracorriente en la Iglesia. Pero eso no nos debe asustar, nos debe estimular. Estamos viviendo un proceso de renovación profunda, de reforma, orientado a la coherencia, a vivir coherentemente nuestra fe», ha dicho.
Dicho esto y tras agradecer el trabajo realizado tanto por las diócesis como por el Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal, ha señalado tres indicaciones de cara al futuro.
En primer lugar, ha pedido que se deje entrar al Espíritu Santo: «Él es quien guía la renovación. Solo es posible si se profundiza, desarrolla y cuida la dimensión orante. No hay nada más revolucionario que el Espíritu Santo».
Como segundo punto, ha destacado que no hay que hablar solo desde la teoría, sino desde la experiencia, pues la sinodalidad «es un proceso fundamentalmente experiencial». «No es solo idea, sino vida», ha agregado.
Finalmente, ha recordado que todo el proceso se orienta hacia la evangelización, a transmitir a Jesucristo en el mundo actual, «no en un mundo inexistente y pasado».
Jiménez Zamora: «La sinodalidad no es una estrategia pastoral»
Por su parte, el coordinador del Equipo Sinodal de la CEE, Vicente Jiménez Zamora, ha dicho que una asamblea sinodal «es un momento de gracias en el que el Señor pasa por nuestras Iglesias y tira de ellas hacia adelante, abriendo caminos de futuro y rutas de renovada esperanza».
Citando la imagen Apocalipsis, Jiménez Zamora ha dicho que la lucha más grande de Dios no es con los poderes del mundo, sino con la propia Iglesia para sacarla de la mediocridad, de la tibieza y la rutina, «para que brille como santa en medio de las persecuciones del mundo».
Para Jiménez Zamora, el camino sinodal, antes que «una estrategia pastoral o un procedimiento operativo», debe ser «una experiencia pascual de encuentro con el Señor».