«Los seminaristas están entusiasmados con sus palabras sobre la entrega al Señor, la formación sacerdotal, el asombro, la alegría y las referencias al beato Spínola», ha dicho el arzobispo de Sevilla
El papa Francisco ha recibido esta mañana a los seminaristas de Sevilla, acompañados por el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, y los formadores del seminario metropolitano y el Redemptoris Mater de la capital hispalense.
En un mensaje en su cuenta de X, Saiz Meneses ha confesado que el encuentro con el Santo Padre «ha sido una inmensa gracia de Dios». Y ha añadido que «los seminaristas están entusiasmados».
Precisamente, en su discurso, Francisco ha recordado a los candidatos al sacerdocio que «este camino de configuración con Jesús tienen que hacerlo cuidando cuatro aspectos: la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica».
«Esta integración es necesaria, diría que es urgente, para llegar a ser sacerdotes cabales y responder a la vocación recibida, en la entrega total a Dios y a los hermanos, especialmente a los que más sufren», ha añadido.
En este sentido, ha destacado la figura del beato cardenal Marcelo Spínola como «maestro de sacerdotes» y citó unas palabras suyas: «Virtud y ciencia son las dos cosas que deben enseñarse con preferencia a los aspirantes al sacerdocio, pues la ciencia sin virtud hincha y no edifica, y la virtud sin ciencia edifica, pero no instruye».
Y ha concluido: «Queridos seminaristas, aprovechen bien este tiempo intenso de formación, con el corazón en Dios, con las manos abiertas y una gran sonrisa para repartir la alegría del Evangelio a cuantos se encuentren con ustedes. Que Jesús los bendiga y la Virgen de los Reyes los acompañe».
Tras la audiencia, el arzobispo sevillano ha compartido unos momentos con los medios de comunicación, en los que reafirmado, como ya había dicho en redes sociales, que el discurso de Francisco había sido precioso, «sobre el asombro que no debe dejar de producirse en nuestra vida y en nuestro día a día por la irrupción del Señor en nuestra existencia, llamándonos a ser colaboradores suyos en la implantación de su reino, con algunos subrayados preciosos sobre la alegría y el buen humor que debe reinar en nuestra vida sacerdotal».
También ha destacado la llamada del Pontífice a evitar el peligro de la mundanidad espiritual que puede introducirse bajo formas muy correctas. «Por eso, nos ha insistido en la unión con Jesucristo, la entrega a él y la entrega al pueblo que nos ha encomendado», ha agregado.
Tal y como recoge la web de la archidiócesis de Sevilla, los seminaristas que participaron en el encuentro salieron muy conmovidos. Como Pablo Franco, que ha señalado que recordará siempre este momento, porque, además, ha podido plantear al Pontífice una inquietud en el corazón. «Me ha animado a seguir adelante en mi vocación con alegría sin perder la sonrisa y confianza en el Señor. Para mí, Francisco es un auténtico testimonio», ha confesado.