Nos hallamos ante una nueva edición de las Etimologías. Es nueva, porque la BAC ya publicó en versión bilingüe (castellano-latín) esta erudita obra en dos volúmenes (1982-2000) y, luego, concretamente en 2004, en uno solo, incluyéndolo con el número 647 en el catálogo de su colección Normal. Tal fue su aceptación que se hicieron varias reimpresiones, la última en 2018. Ahora se pone otra vez a nuestra disposición, pero despojada del texto original latino. Por ser esta atrayente enciclopedia uno de los escritos más representativos del panorama cultural de su tiempo, ha entrado con acierto en la colección que esta editorial ha sacado recientemente al mercado con el nombre de Selecciones, cuyo objetivo es facilitar el acceso a las producciones esenciales de la tradición cristiana.
El profesor José Sánchez Herrero ha esbozado luminosamente al comienzo del volumen la biografía de Isidoro (ca. 560-636), nacido en la bética ciudad, hermano pequeño de una familia de santos: Leandro, arzobispo de Sevilla, Fulgencio, obispo de Astigi, y Florentina, religiosa. Considerado por doquier como el último de los Padres cristianos de la antigüedad, este preclaro pastor ha legado a la posteridad una vida transida de oración, amor a la sabiduría, pasión por la Sagrada Escritura y entrega al servicio del prójimo. Todas estas virtudes se pueden ver brevemente comentadas en el epílogo del libro, que reproduce la catequesis pronunciada por el papa Benedicto XVI en la audiencia general del miércoles 18 de junio de 2008. En ella, el Pontífice afirma que este ilustre polígrafo hispalense hizo frente con entusiasmo apostólico a los problemas que marcaron su ministerio pastoral, con enorme deseo de contribuir a la formación de un pueblo que encontraba por fin su unidad, tanto en el ámbito político como religioso. El esmerado trabajo de la catedrática de Filología Latina, Adelaida Andrés, sobre la composición, características, estructura y transmisión de la obra nos sitúa en el marco apropiado para la comprensión de este magnífico escrito isidoriano.
El texto que nos ocupa, auténtico acervo del saber, está vertebrado en veinte libros repletos de sugestivas definiciones e interesantes noticias sobre variadas disciplinas. En los seis primeros, Isidoro agrupa contenidos sobre gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía, música y medicina; aborda también temas de derecho e historia en general, de instituciones eclesiásticas y sus preceptos, así como cuestiones referidas a la historia del cristianismo y a su libro sagrado. Los libros VII a X reúnen la explicación de las palabras que sirven para nombrar a los seres divinos y humanos y a las instituciones en las que estos últimos desarrollan su vida. Los libros XI a XX recogen informaciones acerca del mundo y todos sus elementos —animales, vegetales, minerales y objetos creados por el hombre—.
Como el lector podrá apreciar repasando estas páginas, el insigne polígrafo hispalense confrontó continuamente en sus escritos la novedad cristiana con la herencia clásica grecorromana, con el anhelo de que no se perdiera nada de lo que el hombre había adquirido en las épocas antiguas, ya fueran paganas, judías o cristianas.
La versión española de la presente edición de esta imperecedera obra, preparada por José Oroz Reta y Manuel A. Marcos Casquero, ha logrado conservar en el castellano los juegos etimológicos, tan del gusto del hispalense, sin traicionar, dentro de los límites de la traducción, el pensamiento de san Isidoro. Las selectas notas que acompañan el texto son claras, oportunas y bien pensadas, mostrando de esta manera la precisión impuesta por el carácter mismo de la edición.
La lectura de este inagotable manantial de cultura clásica y medieval se vuelve para nosotros, cristianos del siglo XXI, llamados a dar testimonio del Evangelio en todos los ámbitos de la sociedad, un pujante acicate para buscar la verdad en todos los saberes.
