El convento de San Benito el Real en Valladolid se llenó este jueves para despedir, en un funeral presidido por Luis Argüello, al «fraile carmelita y misionero», excelente historiador
El convento de San Benito el Real en Valladolid se llenó este jueves para despedir al padre carmelita Teófanes Egido, fallecido el miércoles a los 88 años. Egido, como recuerda su hermano de orden Luis Javier Fernández Frontela, fue «un fraile carmelita y misionero», dedicado especialmente a la historia, no en vano fue catedrático de Historia Moderna y cronista de Valladolid.
«Teófanes fue ante todo un fraile, un fraile ilustrado. Fue un fraile ilustrado, al estilo del P. Feijoo, al que tanto gustaba citar; comprometido con otras muchas cosas, como la historia. Fue un hombre bueno. Un hombre cercano y receptivo, asequible y generoso, cualidades que algunos achacaban a su condición de fraile carmelita», añade Fernández Frontela en un escrito publicado en la web de la Provincia Ibérica de los Carmelitas Descalzos. Una trayectoria que provocó que la Junta de Castilla y León lo reconociese en 2020 con el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades.
El propio padre Luis Javier fue el encargado de pronunciar la homilía durante el funeral, en el que recordó que cuando volvía de la universidad, lo primero que hacía era ponerse el hábito de carmelita. También contó que celebraba la Misa de las nueve de la noche cada domingo, ganándose las «alabanzas» de los fieles porque con sus didácticas y cortas homilías enseñaba verdaderamente el Evangelio, tal y como recoge la archidiócesis de Valladolid en una crónica.
Por su parte, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, que presidió la ceremonia, agradeció a los carmelitas haber permitido que Teófanes Egido estuviese en esta archidiócesis: «Hemos encontrado en su rostro, en su mirada pilla, en su forma de tratarnos, algún destello del rostro de Dios».
Mensaje del superior general de los Carmelitas
A través de un mensaje, también se hizo presente el superior general de la Orden de los Carmelitas Descalzos, Miguel Márquez: «Doy gracias a Dios por el tesoro de su vida entregada al Carmelo Teresiano, a los hermanos en la vida cotidiana, en el compartir fraterno, en la vida de oración y de piedad, en la investigación extraordinaria e incansable, el enorme legado y la preciosa aportación a la historia en tantos aspectos y épocas, especialmente, en todo lo concerniente al Carmelo, a la herencia teresiana. Orgulloso de ti, querido Teófanes, ahora que nos miras desde el lado de la verdad y desde una historia sin interpretaciones ni filtros, deseo para ti descanso y paz después de infinitas horas de trabajo y dedicación generosa»