La Fundación Edelvives ha organizado del 4 al 11 de julio una peregrinación bajo el lema En Tierra Santa con Jesús Maestro, dirigida a profesores de Religión y responsables de pastoral. Una treintena de docentes de toda España han podido no solo busca descubrir lugares y miradas, sino aprender del Maestro, y conectar con los demás y con uno mismo. Días después, algunos de estos profesores que han participado en la peregrinación han querido compartir con ECCLESIA su experiencia.
El delegado diocesano de Enseñanza del Arzobispado de Zaragoza, Bernardino Lumbreras, indica que «cuando visitamos la casa de la Santa María en Nazaret, fue un momento de concentración y de temblor. Ver el sitio donde se desarrolló su vida, el taller de San José, la adoración eucarística alrededor de la cúpula de la Basílica, los momentos de oración… Realmente una experiencia increíble».
Una vez llegados a la ciudad santa, Lumbreras cuenta que «visitamos el lugar de la Bienaventuranzas y el monte de los Olivos: esos árboles milenarios que conocieron a Jesús y que Jesús conoció; presenciaron el prendimiento y la angustia de Nuestro Señor. Finalizamos con el Vía Crucis hasta el Santo Sepulcro. Muy emocionante cargar con la cruz y pasar por entre las apretadas callejas del zoco árabe dando testimonio a todos de nuestra fe en Jesucristo, subiendo las cuestas que tuvo que subir Jesús; tocando la piedra donde se apoyó para ser ayudado por el cireneo; caminando por las losas por donde caminó y cantando nuestra esperanza. Las últimas estaciones se hacen dentro del Santo Sepulcro, donde se aloja la piedra que sostuvo la cruz de Jesús y el lugar de la Resurrección. Tras una pequeña espera entramos en el edículo. Allí, donde el Crucificado se convirtió en el Resucitado, emocionados y arrodillados, pensamos: ¡Que se haga tu voluntad y no lo que yo quiero!».
Por su parte, Antonio Amor, perteneciente al CRA L’Encantada de Orihuela-Alicante, confiesa que su deseo siempre ha sido «ir a Israel, visitar los santos lugares, pasar por donde estuvo Cristo». Añade que «ha sido un viaje perfectamente organizado, un grupo de peregrinos espectacular y un guía extraordinario. Todo han sido ingredientes perfectos para vivir una experiencia inolvidable. Poder visitar Belén, Nazareth, el mar Muerto, el río Jordán o Jerusalén, entre otros; ha sido una de las vivencias más potentes de mi vida. Las emociones de gratitud, amor, alegría, admiración, sorpresa y un largo etc.; provocaban un desbordamiento emocional difícilmente de digerir, de procesar. Simplemente maravilloso».
Otra de las participantes ha sido Cristina de la Riva, docente del colegio Nuestra Señora de la Paz de Torrelavega. Al igual que el resto de integrantes del viaje, define lo vivido como «una experiencia inolvidable». «Desde el principio, conocer in situ la geografía, la historia pasada y presente, el conglomerado de personas de diversos cultos religiosos… te atrapa». En su testimonio ha querido acordarse del padre Ángel Úbeda Ruiz, sacerdote de la diócesis de Orihuela-Alicante y que actuó como guía.
«Ha reforzado mi fe»
Belen Espiga, del IES José de Churriguera de Getafe, afirma que para ella el viaje «ha supuesto un encuentro con Jesús, nuestro Señor y con María, nuestra Madre. Los sentidos y los sentimientos son intensos cuando ves los lugares de la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento, el Vía Crucis, el Calvario y el Sepulcro de María y Jesús, o Emaús. Peregrinar a Tierra Santa he reforzado mi fe, una fe que tenemos que transmitir, ya que somos enviados por Cristo para predicar a nuestros alumnos, nuestra familia y amigos. Ha sido un viaje de fe, de amor, de encuentro con personas maravillosas que creen en Nuestro Señor. Hemos tenido momentos muy íntimos entre nosotros compartiendo nuestra fe en la Eucaristía, en las oraciones, en las canciones, en nuestras lágrimas y en nuestras risas».
Por otro lado, María José Carrizosa, del colegio Jesús Maestro de Madrid, explica que cuando vio por primera vez el título de esta peregrinación «sentí que era mi momento para visitar los Santos lugares». «Ha sido enriquecedora la experiencia de encuentro con educadores y profesores de Religión de toda España, compartiendo inquietudes, dificultades y búsquedas en nuestra labor evangelizadora como seguidores del Maestro. Ha sido una experiencia cultural que me ha permitido conocer y descubrir un país lleno de contrastes con la historia de un pueblo a través del cual Dios se ha revelado», concluye.
Por último, Pedro Jesús Pérez Landeras, ha incidido en que la experiencia de estar en los santos lugares siguiendo los pasos de Jesús lo ha colmado de felicidad. Ha querido acordarse de la organización, a cargo de Edelvives, y del padre Ángel Úbeda, que «supo programar perfectamente los tiempos para visitar muchos lugares sin llegar a estar cansados, las Misas perfectamente ubicadas en los lugares precisos, comentarios religiosos e históricos, arqueológicos, etc».