«Cada vocación es un diamante en bruto que hay que pulir, trabajar y darle forma en todas sus caras», afirma en El Vídeo del Papa
El papa Francisco dedica su intención de oración del mes de mayo a la formación de los religiosos, religiosas y seminaristas, para que «crezcan en su camino vocacional a través de una formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, que les lleve a ser testigos creíbles del Evangelio».
En una nueva edición de El Vídeo del Papa, Francisco subraya que «un buen sacerdote, una monja, deben ser primero de todo, un hombre, una mujer formados, trabajados por la gracia del Señor». Y continúa: «Personas conscientes de sus límites y dispuestas a llevar una vida de oración, de dedicación al testimonio del Evangelio».
En este sentido, subraya que su preparación «tiene que ser integral» desde el seminario y el noviciado, «en contacto directo con la vida de las demás personas». «Esto es fundamental», apostilla.
«La formación no se acaba en un momento determinado, sino que va continuando a lo largo de
toda la vida, a lo largo de los años, integrando a la persona, intelectual, humana, afectiva,
espiritualmente», explica.
Asimismo, recuerda la importancia de la preparación para vivir en comunidad, «aunque a veces puede ser difícil». «Porque no es lo mismo vivir juntos que vivir en comunidad», ha concluido.
