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Visto bueno a la devoción de Nuestra Señora de la Misericordia de Pellevoisin

El Arzobispo de Bourges ya puede emitir el decreto de “nihil obstat” para la devoción vinculada al santuario mariano del pueblo francés en el que la Virgen se habría aparecido a la humilde doméstica Estelle Faguette en 1876.

La hermosa historia de las apariciones de la Virgen en 1876 a Estelle Faguette en el corazón de Francia ya tiene el visto bueno de El Vaticano. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha dado su consentimiento al Arzobispo de Bourges para que emita el decreto de «nihil obstat» relativo a la devoción vinculada al santuario mariano del pequeño municipio de Pellevoisin. 

En la misiva, aprobada por el Papa, el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio, explica que «las expresiones que Estelle ha presentado como provenientes de la Virgen María poseen un valor particular que deja entrever una acción del Espíritu Santo en medio del conjunto de esta experiencia espiritual».

El mismo Cardenal Víctor Manuel Fernández resume así el núcleo de la devoción: «Durante una enfermedad grave e incurable, en Pellevoisin, Estelle Faguette experimentó la presencia de la Virgen María, que en varias ocasiones le habló del amor de Jesucristo. Su recuperación, más allá de cualquier explicación natural, fue confirmada como milagrosa por el arzobispo de Bourges, el 8 de septiembre de 1893, con el consentimiento del entonces Santo Oficio».

Sanar para poder cuidar de sus padres

La breve biografía recogida por Vatican News recuerda que Estelle nació el 12 de septiembre de 1843 en el seno de una familia muy pobre: «Para mantenerse a sí misma y a sus padres, trabajó primero como lavandera y luego como doméstica». Tras enfermar gravemente, escribe una emotiva carta a la Virgen para pedirle su recuperación y poder seguir manteniendo a sus padres. 

El Prefecto dice que sus palabras «sorprenden por su sencillez, claridad y humildad. Estelle narra los sufrimientos causados por su enfermedad». Solo quiere ayudar a su padre y a su madre con todas las fuerzas que le quedan: «Esta entrega generosa a los demás, esta vida que se emplea en cuidar a los demás, es lo que más ha tocado el corazón de Madre».

Estelle cuenta que las apariciones comenzaron en febrero de 1876. A la quinta, tal como había prometido María, quedó completamente curada. El Cardenal Víctor Manuel Fernández recuerda que «la experiencia de Pellevoisin es mariana, pero al mismo tiempo es fuertemente cristológica. En realidad, el gran pedido que la Virgen dirige a Estela es que difunda el escapulario con la imagen del Corazón de Cristo, y el gran mensaje de María es la invitación a acudir a ese Corazón amoroso del Señor».  

Estelle, continúa el Prefecto, «acoge con agrado esta petición de difundir la devoción al Corazón del Señor, que da ‘el consuelo de beber de esta fuente inalterable que brota de su divino Corazón’. Y responde a María: ‘Hablaré lo más posible de esta devoción que amas, mi buena Madre’».

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