El presidente de la Conferencia Episcopal Española reconoce que el cisma alentado desde la secta Pía Unión de San Pablo «no ha salido en la conversación» que ha mantenido con el Papa en Roma
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha lamentado la deriva que está tomando la crisis de Belorado, situación que, en sus palabras, el arzobispo de Burgos «ha tratado de evitar». En su comparecencia ante los medios de comunicación, Argüello, ha revelado que monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa —al que la Santa Sede ha situado al frente de la Comisión gestora para los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, en calidad de comisario pontificio— ha intentado buscar en todo momento «una solución de tipo pastoral».
En este sentido, ha reconocido que el cariz que están tomando los acontecimientos suponen «una pena», ya que «la intención del pastor de esa comunidad burgalesa lo que desea es una solución pastoral, dialogada, en la que sea posible que al menos algunas de las religiosas puedan repensar su posición».
El también arzobispo de Valladolid ha atendido a los periodistas a la salida de una reunión con el papa Francisco en Roma, en la que el posible cisma de Belorado «no ha salido en la conversación». Como no podía ser de otra manera, el presidente de la Conferencia Episcopal ha manifestado su apoyo al nombramiento de monseñor Iceta como comisario pontificio de los citados monasterios, así como a la decisión de llevar el asunto a las autoridades judiciales del ámbito civil. Tras los intentos de conciliación por parte de la Iglesia, «lo mismo no hay otro remedio que abordar esta situación ya desde el punto de vista de una legislación civil», ha aseverado.
En el día de ayer, las clarisas de Belorado, representadas por su abadesa —aunque en la Conferencia Episcopal se sospecha que las monjas podrían opinar de manera diferente sobre su abandono de la Iglesia al ser consultadas de manera individual— y el representante de la secta Pía Unión de San Pablo, José Ceacero, presentaron una denuncia ante la Policía Nacional contra monseñor Iceta por «violación del derecho fundamental de asociación y el principio de separación, libre separación voluntaria, así como también por abuso de poder y por usurpación de la representación legal».
La archidiócesis de Burgos emitió a última hora del jueves una comunicación en la que subrayan que están todavía «a la espera» de recibir la «supuesta» denuncia que ayer, 30 de mayo, se mostró a los medios de comunicación. En caso de que se reciba, «será estudiada por nuestros servicios jurídicos».
«De ser así —continúa la nota—, con este gesto contundente, entendemos que las monjas cierran la puerta a cualquier diálogo, derivando todo al ámbito de la justicia», lamentando «esta posición de la comunidad».
