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El ‘scriptorium’ de la Iglesia en España

BAC, EDICE y LIBROS LITÚRGICOS, editoriales de la Conferencia Episcopal, forman una unidad al servicio de la transmisión y celebración de la fe, así como de la formación y el diálogo con el mundo actual

Que el edificio blanco impoluto que acoge el Servicio de Editoriales y Publicaciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), a escasos metros de la sede de esta, sea uno de los más modernos de la zona y haya sido el primer centro laboral en nuestro país con la certificación Passivhaus —muy eficiente energéticamente— es importante, pero, de algún modo, circunstancial. Que esté dedicado a la Virgen María, trono de la Sabiduría, no lo es. En el edificio SEDES SAPIENTIAE —nombre propuesto por el hoy director general de Publicaciones y Editoriales, Manuel Fanjul— se encuentra la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), EDICE, LIBROS LITÚRGICOS y ECCLESIA. Cada una, con su propia trayectoria e historia, las editoriales y esta revista forman una unidad al servicio de la Iglesia, de la transmisión y celebración de la fe. También de formación y diálogo. Entre los sellos suman varias decenas de años de servicio, aunque en sus fondos recogen siglos de sabiduría, magisterio y cultura católica. Reflejo humilde de la Virgen sabia, que mereció «llevar en su seno la Palabra de la verdad», como reza la placa que recuerda la inauguración del edificio. 

La más antigua de las tres editoriales es la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Como dimos cuenta en números anteriores de esta revista, este proyecto surgió para que sacerdotes, seminaristas y religiosos pudiesen acceder a un precio asequible a los textos esenciales del cristianismo en plena posguerra. «En este contexto, se editan obras, primeras ediciones en español, que son joyas no solo de la literatura religiosa, sino de la literatura universal», explica a esta revista el secretario técnico de la BAC, Juan Cerezo Soler. En el fondo, como dice el director general de la editorial, el sacerdote Juan Carlos García Domene, este proyecto ayudó a que resurgiese la cultura católica. Y lo hizo con títulos firmados por santa Teresa, san Juan de la Cruz, santo Tomás, san Buenaventura, san Anselmo… Hoy, el fondo editorial suma casi 3.000 títulos distribuidos en tres grandes temas —Filosofía, Teología y Sociedad— y en un buen puñado de colecciones —Normal, Maior, Minor, Popular, Estudios y Ensayos, Selecciones…—. El primero fue la Sagrada Biblia, por Nácar-Colunga, de cuya publicación se cumplieron 80 años el 18 de marzo y que la editorial ha celebrado con una edición facsímil de aquella. Esto hace, explica Cerezo, que en una definición objetiva de la BAC haya que hablar de «una editorial de libro religioso», aunque, en el fondo, se queda corta. «Por toda la historia, la Biblioteca de Autores Cristianos ha sido una editorial configuradora de la vida cultural de España y de todo el mundo hispánico en general».

Luz en un mundo anestesiado

Hoy, la intención sigue siendo la misma: ser excelentes en el contenido, profesionales en la forma en la que se trata y se corrige el texto, y fieles a la vocación primera, que es la de arrojar luz sobre los grandes temas con los mejores autores. Algo, esto último, urgente en un mundo, como dice Cerezo, «lleno de bruma». La BAC nació en una época convulsa, pero hoy, continúa el secretario técnico, se topa con una sociedad aletargada. «En este letargo, en esta vida que se mueve entre el entretenimiento y el consumo, hay momentos de lucidez en los que a uno le asaltan preguntas. Y si algo ofrece la BAC son, precisamente, respuestas», explica. No es fácil elegir entre 3.000 títulos, pero cita algunas obras relevantes por su calidad y que, además, son éxitos de ventas. Santa Teresa, san Agustín o Ratzinger son valores seguros, pero hay otros títulos menos conocidos. Dos ejemplos bien distintos: Porque esta noche el amor. Poesía Navideña del siglo XX, con autores de primera línea, y Comentario Teológico a los Documentos del Concilio Vaticano II, que desmenuza las grandes constituciones y ofrece una original historia de la recepción de las mismas. Pronto se publicará el segundo volumen.

Antes de la entrevista, Cerezo prepara el texto de la bula de convocación del Jubileo de 2025. Porque la BAC publica los grandes documentos del Papa y la Santa Sede. En poco tiempo, estará en las librerías, como también un libro muy original: una recopilación de catecismos pictográficos realizada por Luis Resines. Además, en los próximos meses, verá la luz la Sagrada Biblia Escrutad las Escrituras, a cargo de un equipo de sacerdotes y biblistas relacionados con el Camino Neocatecumenal. Y, por supuesto, las obras completas de Joseph Ratzinger. 

En la misma planta que la BAC se encuentran las otras dos editoriales de la Conferencia Episcopal: EDICE y LIBROS LITÚRGICOS. Ambas comparten director, Manuel Fanjul, y secretaria técnica, Elena Delgado. Las dos resumen de algún modo la esencia de la Iglesia, lo que creemos ­—catecismo— y lo que celebramos —liturgia—, según explica Delgado. Ambas tienen su origen en el seno de dos comisiones episcopales.

Los orígenes de EDICE se remontan a los años 70, con la edición de los catecismos, que, entonces, corría a cargo de la Comisión de Catequesis. Una labor que asumió la Conferencia Episcopal con carácter general y que amplió. Así, en 1978 se inscribió en el Registro de Editoriales del Ministerio de Cultura. A lo largo de todos estos años, además de la edición de los catecismos —el último, el de adultos, Buscad al Señor, publicado a finales del año pasado—, esta editorial ha sido un buen termómetro de la labor de la Iglesia. «Recoge el ejercicio pastoral colegiado de los obispos», explica Elena Delgado. Es decir, aquello que nuestros pastores manifiestan sobre diversos temas.

Al servicio de la Conferencia

Además de la voz de los pastores, se hace eco de aquellas publicaciones que promueven las distintas comisiones y organismos de la Conferencia Episcopal. De hecho, lo que en otras editoriales podría considerarse una colección, aquí se corresponde con los textos de una determinada comisión. Una de las últimas novedades, de la Vicesecretaría de Asuntos Económicos, es el Compendio de normativa fiscal y de seguridad social aplicable a la Iglesia en España. También hay retiros para sacerdotes, la magna obra que documenta la historia de los mártires del siglo XX en nuestro país, Quienes son y de dónde vienen, el plan Sapientia Amoris para la formación teológica de la vida contemplativa o los textos del Servicio de Protección de Menores. 

Además de esto, se hace cargo de publicaciones periódicas, por ejemplo, las revistas Pastoral Litúrgica o Migraciones. En total, EDICE cuenta hoy con más de 900 títulos. Antes también publicaba documentos de los Papas o de la Santa Sede, pero ahora solo se hace cargo de documentos vaticanos a petición de las comisiones, siempre y cuando no se hayan publicado ya en la BAC, que es la que se encarga de ello.

La editorial LIBROS LITÚRGICOS es la más joven de las tres. Nació en 2008 para asumir una actividad que hasta entonces era fruto de la colaboración entre la Comisión de Liturgia y varias editoriales. La apuesta de crear una nueva editorial en el seno de la CEE ha dado frutos a nivel de excelencia, cuidado y calidad, tanto en la forma como en el fondo.

Pudiera parecer que el trabajo de un libro litúrgico consiste solo en traducir y adaptar los títulos de la edición típica, la original en latín, al idioma, español en nuestro caso, pero el proceso es mucho más complejo. De hecho, Delgado explica que el trabajo de edición y maquetación de los libros litúrgicos recuerda mucho a los scriptorium medievales.  «Todo en un libro litúrgico tiene un sentido», añade la secretaria técnica. Los colores, el cuerpo de la tipografía y las distancias entre unos textos y otros… Y no es algo aleatorio o circunstancial, sino que busca la mejor celebración de la fe.

Por ejemplo, en los leccionarios, el salmo responsorial está más pegado a la primera que a la segunda lectura, precisamente, porque es una respuesta a la primera. Otro ejemplo: en las oraciones que recita el sacerdote durante la Misa, se busca que los cambios de página coincidan con el cambio de postura del ministro, de modo que no tenga, por ejemplo, que bajar los brazos para pasar la página. Los propios colores de los libros —rojo o azul— indican si son libros oficiales —leccionarios, misales, rituales…— o no oficiales —subsidios para ayudar a la celebración—. Incluso, los tamaños de algunos rituales —como el de exequias o la unción de los enfermos— están pensados para que puedan ser transportados con facilidad. Se trata de libros más pequeños, concebidos para, por ejemplo, los sacerdotes que trabajan en el mundo rural, así como para otras muchas circunstancias. También es el caso del Leccionario Minor, cuyo segundo volumen se publicará próximamente. Queda también pendiente la renovación de toda la Liturgia de las Horas. Junto con el servicio a la Iglesia en España, LIBROS LITÚRGICOS también colabora con algunas de las conferencias episcopales hermanas de Hispanoamérica.

Todo esto no sería posible sin el trabajo del resto de departamentos de la casa: Administración, Producción, Comercial y Almacén. Ellos son el reflejo de la unidad de la que hablábamos al inicio de este reportaje y parte esencial de la tarea editorial. Por ejemplo, la responsable de Producción, Paula Alió, explica que «de nada sirve que la edición, fotografías o ilustraciones de un libro sean magníficas si se plasma sobre un papel que no tiene calidad, el acabado de la encuadernación no es adecuado o la cubierta está arrugada». Por eso, hay un rigor en la selección de proveedores y en el trato con las imprentas. Un rigor que se traslada al ámbito económico y al comercial.

Todo este trabajo conjunto se podrá ver —y comprar— en la Feria del Libro de Madrid —del 31 de mayo al 16 de junio— en el parque de El Retiro, en la caseta 102. 

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