En su encuentro con los miembros del Dicasterio para el Clero, subraya que tejer una red de relaciones fraternas es «una tarea prioritaria de la formación permanente», un trabajo en el que deben estar implicados el obispo, los propios presbíteros, los religiosos y las comunidades
El papa Francisco ha advertido este jueves ante el problema de la soledad de los sacerdotes —«muchos sacerdotes están demasiado solos», ha clamado— y ha pedido a obispos, presbíteros, religiosos y religiosas y comunidades que los acompañen y hagan que se sientan en casa.
«Tejer una sólida red de relaciones fraternas es una tarea prioritaria de la formación permanente», ha subrayado el Pontífice durante su encuentro con los participantes en la Asamblea Plenaria del Dicasterio para el Clero. La formación permanente, el cuidado de las vocaciones y el diaconado permanente son los temas principales de la citada reunión de este órgano vaticano.
«No podemos engañarnos pensando que la formación en el seminario puede bastar; más bien, estamos llamados a consolidar, reforzar y desarrollar lo que tenemos en el seminario, en un camino que nos ayude a madurar en la dimensión humana, a crecer espiritualmente, a encontrar los lenguajes adecuados para la evangelización y a profundizar en lo que necesitamos para afrontar adecuadamente las nuevas cuestiones de nuestro tiempo», ha dicho sobre esta primera cuestión.
En segundo lugar, ha pedido que se cuiden las vocaciones, pero no solo las de especial consagración, sino también la vocación al matrimonio, y, por supuesto, a la que compartimos todos por el Bautismo. «No podemos resignarnos a que para tantos jóvenes haya desaparecido del horizonte la hipótesis de una oferta radical de vida. Por el contrario, debemos reflexionar juntos y permanecer atentos a los signos del Espíritu», ha añadido.
Sobre el diaconado permanente, plantea seguir reflexionando sobre su figura y sus tareas, como propone el proceso sinodal en marcha: «Acompañar estas reflexiones y desarrollos es una tarea bastante importante de vuestro dicasterio. Os animo a trabajar por ello ya desplegar todas las fuerzas necesarias».
El Papa, que tantas veces advierte contra el clericalismo y la mundanidad espiritual, como el mismo ha reconocido en el discurso, ha querido también reconocer que «la inmensa mayoría de los sacerdotes trabajan con generosidad y espíritu de fe por el bien del santo Pueblo de Dios, llevando el peso de tantas fatigas y afrontando retos pastorales y espirituales que a veces no son fáciles»