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El patriarca Bartolomé critica el «vergonzoso apoyo» de la Iglesia ortodoxa rusa a la invasión de Ucrania

Nueva etapa del viaje del patriarca Bartolomé I en nuestro país. Este martes recibió el doctorado honoris causa en la Universidad Pontificia de Salamanca, «un día memorable», según ha dicho el rector, Santiago García-Jalón. «Andrés ha venido a nuestra casa. La universidad queda honrada al incorporar a su cuerpo de doctores a quien por la excelencia de sus méritos destaca sobre el común», ha añadido.

En su discurso, el patriarca ecuménico de Constantinopla ha reivindicado la contribución de su Iglesia al ecumenismo, un servicio que está «en su ADN». «A pesar de las críticas persistentes y equivocadas, la Iglesia de Constantinopla nunca ha percibido su ministerio o misión como una forma mundana o un modelo secular de expansionismo. Más bien, entiende su propósito y aspiración como la aceptación universal y el avance de la dignidad humana y la justicia social en cada persona, creada a imagen de Dios y en cada rincón del mundo de Dios», ha agregado.

Del mismo modo, ha hecho una invitación al diálogo constructivo y al intercambio pacífico, que es «la única vía para la reconciliación y la unidad». En este sentido, ha dicho: «La verdad no teme al diálogo, la verdad siempre invita y persigue el diálogo».

Por ello, ha advertido ante las trágicas consecuencias, como se puede ver en la esfera internacional en estos momentos, del rechazo del diálogo y de la promoción de la división: «Hemos visto las catastróficas repercusiones de la antipatía y el antagonismo entre los seres humanos». En concreto, ha citado «la destrucción de vidas humanas y la devastación del medio ambiente en la injustificada y no provocada invasión del territorio soberano de Ucrania por Rusia», un ataque, ha denunciado, que se ha llavado a cabo con «el vergonzoso apoyo de la Iglesia de Rusia».

«Y ahora, ante nuestros propios ojos, vemos la devastadora pérdida de innumerables vidas inocentes, junto con la pérdida destructiva de estructuras e infraestructuras, en Oriente Medio, donde ha estallado nuevamente un conflicto perpetuo», ha continuado, para recordar, a renglón seguido, sus esfuerzos y los del papa Francisco para dialogar con los líderes de Israel y Palestina hace unos años.

Bartolomé ha concluido su intervención reiterando la necesidad de que exista un diálogo sincero y amoroso, pues «sabemos por amarga experiencia que la religión puede fácilmente ser utilizada indebidamente como bandera de fanatismo y conflictos».

Laudatio

El catedrático Fernando Rodríguez Garrapucho, padrino del doctorando, ha sido el encargado de pronunciar la Laudatio. Según informa la Universidad Pontificia de Salamanca, su discurso se ha centrado en cinco puntos de su trayectoria que justifican este reconocimiento. En primer lugar, la gestión dialogal de su misión, «por su espléndida actividad en la cooperación interortodoxa, intercristiana e interreligiosa, así como por las visitas formales a líderes católicos, veterocatólicos, ortodoxos y musulmanes. Sus esfuerzos promoviendo la libertad de culto y los derechos humanos, así como sus iniciativas a favor de la tolerancia religiosa en el mundo son universalmente reconocidos».

En segundo lugar, por la reconstrucción de las Iglesias ortodoxas, ya que «fue el principal desafío afrontado por su Santidad tras la caída de la Unión Soviética. En vez de construir muros, había que tender puentes (…) y en 2019 presidió la creación de la autocefalia de la Iglesia de Ucrania, lo que le ha acarreado grandes sufrimientos y el rechazo del patriarcado de Moscú. Su papel como líder espiritual del cristianismo ortodoxo no ha hecho más que crecer durante su pontificado».

En tercer lugar, por el Concilio Panortodoxo en 2016 porque ha significado «una gran apología del diálogo dentro de la Ortodoxia, y con otras Iglesias cristianas, y un laudable exhorto a la comunidad internacional en pro de una resolución de los conflictos armados en Oriente Medio».

El cuarto motivo se ha centrado en la ecología por ser conocido como «el patriarca verde, al ser un líder religioso preocupado por los problemas medioambientales». «Entiende que debemos aprender a sensibilizar más nuestras comunidades cristianas, hacer que nuestro comportamiento con la naturaleza sea más respetuoso, y adquirir, en fin, un corazón compasivo», ha subrayado. Y, por último, por la cercanía ecuménica con la Iglesia católica, debido a que «su santidad ha sido cordial y sin fisuras con los tres papas de Roma de su patriarcado: san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco».

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