El arzobispo de Santiago de Compostela afirma que solo habrá esperanza si se invierte en un desarrollo que abarque a todo el ser humano
El arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco Prieto, ha reivindicado este jueves, en la fiesta del apóstol Santiago, la contribución del cristianismo a la construcción de la cultura occidental y europea, en la cual ha tenido un papel fundamental el Camino de Santiago.
«Sin el cristianismo, los valores occidentales de la dignidad, libertad, justicia y fraternidad resultan incomprensibles. En nuestro mundo multicultural, tales valores seguirán teniendo pleno valor si saben mantener su nexo vital con la raíz que los engendró», ha afirmado durante la homilía de la Eucaristía, en la que el delegado regio —el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices— renovó la tradicional ofrenda al apóstol.
Entre los concelebrantes estaban el arzobispo de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo —gallego y ordenado obispo en la catedral compostelana—, el arzobispo emérito de Santiago de Compostela, Julián Barrio, y el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, así como los obispos de las diócesis gallegas o el obispo de Astorga, Jesús Fernández, entre otros.
Entre los asistentes, se encontraban el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el presidente del Partido Popular y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoó.
Tras reconocer que la época actual vive dominada por las crisis: económica, de la familia, social, institucional, migratoria…, hizo un llamamiento a verlas como oportunidades y recuperar la esperanza, que es posible cuando se pone «al ser humano en el centro y en el corazón de las instituciones».
En concreto, ha dicho que la esperanza se encuentra cuando se invierte en un desarrollo que abarca a todo el ser humano, cuando tiene dignidad en el trabajo, las condiciones de vida adecuadas, la posibilidad de educación y cuidados médicos, pues «no existe verdadera paz cuando hay personas marginadas y forzadas a vivir en la miseria».
Del mismo modo, habrá esperanza, ha continuado, cuando se cuide la familia, se respeta la conciencia y los ideales de los ciudadanos, se defiende toda vida y todas las vidas.
«Afirmar la centralidad del hombre significa también encontrar el espíritu de familia, con el que cada uno contribuye libremente, según las propias capacidades y dones, a la casa común. Procuremos la unidad de las diferencias. Lo singular y peculiar no nos debe asustar, ni se puede pensar que la unidad se preserva con la uniformidad. Esa unidad es más bien la armonía de lo diverso, de las diversas personas y pueblos», ha añadido.
Recuerdo a los fallecidos en Malvinas
El arzobispo compostelano ha tenido también palabras para los marinos que sufrieron el naufragio del pesquero Argos Georgia en Malvina: «Encomendamos a los fallecidos y desaparecidos, y acompañamos a sus familias y a toda la gente del mar, desde el consuelo que brota del corazón del Padre misericordioso».