Un cargamento de ayuda humanitaria transportado por la Guardia Suiza llegó el lunes a Kharkiv, una de las regiones más castigada por los bombardeos rusos.
La guerra de Ucrania está subiendo de temperatura, dejando a la población civil agotada. Desde el Vaticano intentan ayudar en lo que pueden. Además de la presión por la paz del Papa Francisco y la infatigable labor diplomática, la Santa Sede también se ha ocupado de hacer llegar ayuda material.
Camiones con alimentos, ropa, productos de higiene y medicinas, cargados en Roma por la Guardia Suiza, llegaron el lunes a Kharkiv, uno de los lugares más golpeados por el conflicto. El Dicasterio para la Caridad y el Exarcado greco-católico son los encargados de su distribución, según informa Salvatore Cernuzio, de Vatican News.
El obispo greco-católico Vasyl Tuchapets, del exarcado de Kharkiv, agradeció al Papa y a la Santa Sede este gesto de cercanía en un vídeo en el que puede verse la catedral de San Nicolás, donde se ha instalado un centro de recogida de ayuda. «Quiero dar las gracias especialmente al padre Marco Semehen, que ha organizado la colecta para los habitantes de Kharkiv que sufren a causa de la guerra. Doy las gracias a la Asociación de Santa Sofía, a los voluntarios y a los miembros de la comunidad de Roma que prepararon y enviaron esta ayuda. Llegaron productos que la gente siempre pide, así como otras cosas que necesitan», dijo el exarca Tuchapets.
Evacuados de lugares cercanos
Este añadió que, «últimamente, muchas personas han sido evacuadas de lugares cercanos a la frontera con Rusia, especialmente de Vovchansk y Lyptsi, donde se está combatiendo. Muchas han llegado a Kharkiv y acuden a nosotros todos los días pidiendo comida y otros artículos de primera necesidad, como ropa de cama y vajilla, porque a menudo han tenido que huir con solo los papeles en la mano para salvar la vida. Así que esta ayuda humanitaria es realmente importante».
También mostró su satisfacción el cardenal limosnero Konrad Krajewski, director del Dicasterio para la Caridad. Entrevistado por Radio Vaticano, explicó que no se había podido revelar antes el destino de la ayuda «por razones de seguridad. Se trata de las zonas más bombardeadas, donde la gente está sufriendo mucho».
El Cardenal quiso agradecer la labor de los guardias suizos, que «durante muchas, muchas horas» cargaron el material. También a «muchos, muchos romanos que fueron muy generosos», y «por supuesto, al Papa, que una vez más mostró su cercanía concreta por la ‘atormentada’ Ucrania, a la que menciona en cada llamamiento público, pidiendo a los fieles que no la olviden».
