La Conferencia Episcopal Española pide a los religiosos en el marco de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que las ganas de anunciar la promesa de Dios «sean más fuertes que las dudas y las dificultades»
El próximo 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada con el lema Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad. Una cita evangélica que, en palabras de los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, «nos invita a ofrecernos y disponernos a buscar, procurar y hacer la voluntad divina como comunidad, dentro del pueblo de Dios en camino».
«La Iglesia hoy —continúan los prelados— necesita la profecía de la Vida Consagrada y precisamente las jaculatorias “aquí esto”, “aquí estamos”, “hágase tu voluntad”, encierran un compromiso profético para una Iglesia sinodal en misión».
Del mismo modo, explican que la respuesta de cada consagrado a la llamada recibida es el deseo de hacer la voluntad de Dios, aunque en ocasiones se han dado «faltas graves por las que no nos cansaremos de pedir perdón, reiterando al mismo tiempo nuestra voluntad de reparar integralmente a quien ha sido herido».
Con todo, los obispos agregan que la voluntad de Dios es siempre el horizonte del querer y ser personas y comunidades consagradas y a su cumplimiento debe dirigirse tanto el estilo de vida como los votos.
Así, ponen como ejemplo la oblación de Jesús, manifestada en la oración en Getsemaní: «Esta oblación para cumplir totalmente la voluntad del Padre es luz para los consagrados. Desde Getsemaní, se nos invita a seguir a Jesús hasta la cruz, como todo discípulo. Igualmente, allí recibimos la consigna de vivir unidos a los hermanos en la oración y en la entrega propia para cumplir la voluntad de Dios hasta el final».
También marca el camino el sí de María: «Ella decide siendo consciente de lo que tiene por delante, de lo que arriesga y del compromiso que todo ello supone».
Y concluyen su mensaje, que sirve de introducción de los materiales elaborados por la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, con una llamada a mostrar ganas de vivir y anunciar la promesa de Dios, que deben ser más fuertes que las dudas y las dificultades».
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