El presidente de la Pontificia Academia para la Vida afirma que no se puede ofrecer «el exilio de la vida», sino alivio en el sufrimiento y amistad
El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, recalcó este martes la postura de la Iglesia en la defensa de la vida, también al final de la misma. Y lo hizo delante de María Luisa Carcedo, exministra de Sanidad, que tuvo un rol fundamental en la aprobación de la ley de eutanasia que está ahora mismo en vigor en España.
Tras un debate sobre la Carta de derechos de las Personas Mayores y los Deberes de la Comunidad, una iniciativa que surgió en Italia y que tuvo un gran protagonismo de la Iglesia y del Vaticano, Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI, que moderó el acto, planteó la cuestión de los cuidados paliativos.
«La gente no quiere morir, quiere no sufrir», dijo Paglia con fuerza. Por eso, añadió que desde la Pontificia Academia para la Vida se está trabajando en el aumento de las unidades de cuidados paliativos para acompañar el sufrimiento de las personas y en la promoción de la amistad y las relaciones. En su opinión, no todo se resuelve con una ley, pues no responde a todas las preguntas.
Y sentenció: «Las personas quieren ayuda, no muerte. No exilio de la vida». Comparó las leyes de eutanasia con la actitud de Poncio Pilato ante Jesús. Es decir, es «lavarse las manos» y no afrontar la responsabilidad que cada uno tiene.
Por su parte, Carcedo defendió la eutanasia en algunos supuestos y dijo que lo que se respeta es la autonomía individual del paciente.