Francisco ha enviado un mensaje al obispo de Bayeux y Lisieux en el que pide intensificar la oración por los que quieren la guerra para que desistan, y también por aquellos que se empeñan en lograr la paz
El papa Francisco ha enviado un mensaje al obispo de Bayeux y Lisieux, Jacques Habert, con motivo del 80 aniversario del desembarco de Normandía de los aliados. 80 años del día D, una efeméride que ha servido al Pontífice para mostrar su preocupación ante quienes consideran seriamente la posibilidad de un conflicto generalizado en nuestros días.
«¡La gente quiere la paz! Quiere condiciones de estabilidad, seguridad y prosperidad en las que todos puedan cumplir sus deberes y destinos en paz. Destruir este noble orden de cosas por ambiciones ideológicas, nacionalistas o económicas es un grave error ante la humanidad y ante la historia, un pecado ante Dios», escribe.
Ante esta situación, pide intensificar la oración. En primer lugar, por los hombres que quien las guerras, las inician, mantienen y prolongan inútilmente. También por los pacificadores, para que «sepan abrir caminos pacíficos de encuentro y de diálogo, oponiéndose a la lógica implacable y obstinada del enfrentamiento».
Y, finalmente, por las víctimas de las guerras, pasadas y presentes: «Que Dios acoja a todos los que murieron en estos terribles conflictos, y que socorra a todos los que sufren hoy; los pobres y los débiles, los ancianos, las mujeres y los niños son siempre las primeras víctimas de estas tragedias.».