Les ha animado a profundizar en su formación, espiritual, catequética y teológica para purificar su cultura de formas arcaicas y supersticiosas
El papa Francisco se ha encontrado este martes con los referentes de la Iglesia en Timor Leste: con obispo, sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminarista y catequistas. A todos ellos ha pedido en un amplio discurso «un renovado impulso de evangelización, para que llegue a todos el perfume del Evangelio».
«Un perfume —ha continuado— de reconciliación y de paz después de los sufridos años de la guerra; un perfume de compasión, que ayude a los pobres a levantarse y suscite el compromiso de mejorar la suerte económica y social del país; un perfume de justicia contra la corrupción. Y, de manera especial, el perfume del Evangelio necesita ser difundido contra todo aquello que humilla, aquello que degrada y que incluso destruye la vida humana; contra las plagas que generan vacío interior y sufrimiento, como son el alcoholismo, la violencia y la falta de respeto de la mujer».
Según les ha recordado, el Evangelio tiene la capacidad de transformar las realidades oscuras y generar una sociedad nueva. Y como ya hiciera en otro momento de su periplo por Asia y Oceanía, ha defendido el papel de la mujer: «Las mujeres son lo más importante de la Iglesia, porque toman cuidado de los más necesitados: los curan, los acompañan».
Por otra parte, el Pontífice les ha pedido que profundicen en la doctrina, que no dejen de madurar en la formación espiritual, catequética, teológica, «porque todo es necesario para anunciar el Evangelio en esta cultura vuestra y purificarla de formas arcaicas y, a veces, supersticiosas».
«La predicación de la fe tiene que inculturarse en la cultura de ustedes y la cultura de ustedes tiene que ser evangelizada. Y esto vale para todos los pueblos, no solo para ustedes. Si una Iglesia que es incapaz de inculturar la fe, que es incapaz de expresar la fe en los valores propios de esa tierra, será una Iglesia eticista y sin fecundidad», ha destacado.