El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, ha manifestado en entrevista con los medios vaticanos que el Papa Francisco tienen «muchas expectativas para la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa». «Reza con la certeza de que estos encuentros, estas reuniones, tienen una gran fuerza en sí mismas, incluso la fuerza de cambiar la vida», ha añadido.
El purpurado italiano ha destacado que en el evento de Lisboa, que ha comenzado este martes, hay tres momentos de escucha muy importante. En primer lugar, la escucha del Señor, de su llamada, «que produce un encuentro que puede cambiar realmente la vida de muchos jóvenes». En segundo término, la escucha del Papa, que «tiene la capacidad de entrar en contacto y sintonizar con los jóvenes» y ser «punto de inflexión en su vida». Y el tercero es cuando los jóvenes se encuentran y escuchan entre sí y descubren «cómo viven sus coetáneos la diversidad y cómo pueden enriquecerse mutuamente».
Del mismo modo, se ha dirigido a todos aquellos que no podrán estar en la capital lusa para invitarlos a unirse espiritualmente de este evento y se sientan parte de él. En este sentido, ha recordado, como ya dijo el Papa, que «las JMJ no son fuegos artificiales, es decir, momentos de entusiasmo, quizá de gran entusiasmo, que permanecen encerrados en sí mismos: no bastan, sino que deben integrarse en la pastoral juvenil ordinaria».
«Por tanto, antes de cada Jornada Mundial de la Juventud debe haber un trabajo pastoral por parte de las diócesis y parroquias, llamadas a preparar los encuentros mundiales, que luego debe tener continuidad. Creo que en este momento todos los jóvenes, incluso los que no pueden estar, deben sentirse implicados y plenamente protagonistas», ha subrayado.
Por otra parte, Parolin ha reconocido que la Iglesia debe ser creativa y «encontrar el coraje y el lenguaje adecuado para presentar a Jesucristo a los jóvenes de hoy, en toda su frescura, en toda su actualidad». Se trata de que la juventud actual, que tiene su sensibilidad y estilo propios, viva «una profunda experiencia de fe». Y por eso, ha lanzado una invitación a no quedarse quito dentro de los muros, sino a volverse misioneros hacia los jóvenes e implicarlos en este camino de fe.
Finalmente, ha destacado la presencia de Francisco a Fátima, donde rezará el rosario con enfermos y privados de libertad: «Es una visita importante. Un momento intenso. Creo que el Papa quiere reiterar el mensaje de la Virgen a los tres pastorcillos cuando se apareció en el lejano 1917. Eran palabras de consuelo, eran palabras de esperanza en un mundo en guerra, no muy distinto de la realidad que estamos viviendo hoy».