La diócesis de Bilbao, una parroquia de Toledo y un proyecto interdiocesano de patrimonio, han sido los galardonados en la primera edición de los galardones del Secretariado para el Sostenimiento de la CEE
El Secretariado para el Sostenimiento de la Conferencia Episcopal Española (CEE) hizo entrega el pasado 28 de mayo de los primeros Premios Iglesia Sostenible, nacidos bajo la premisa de reconocer la labor de todas aquellas entidades que se hayan distinguido por su corresponsabilidad en el desarrollo de la misión de Cristo, erigiéndose asimismo en buena práctica y ejemplo para los demás agentes que contribuyen al sostenimiento en la Iglesia.
En esta primera edición, el galardón en la categoría de Diócesis ha recaído sobre el Obispado de Bilbao por el Programa Corresponsabilidad-Suscripciones; en cuanto a Parroquias, se ha destacado la labor de la comunidad de San Sebastián, mártir, en el municipio toledano de Mohedas de la Jara; mientras que el de Otras entidades ha sido concedido al proyecto Red turística de experiencias y visitas al patrimonio religioso, iniciativa interdiocesana en la que participan nada menos que ocho diócesis: Barbastro-Monzón, Burgos, Granada, Jaca, Bilbao, Pamplona-Tudela, Toledo y Plasencia.
En primer lugar, cabe destacar que el Programa Corresponsabilidad-Suscripciones de Bilbao ha logrado incrementar nada menos que un 23,4 % las suscripciones en las 13 parroquias significativas y suficientemente variadas en las que se puso en marcha el proyecto. «Fuimos a un plan a diez meses, dedicando específicamente un domingo de cada mes a las suscripciones y recordarlas en los otros», explica José Joaquín Morán, voluntario económico de la diócesis. «Además, teníamos un boletín, un díptico con una hoja de suscripción dentro y un lema diferente cada mes, un mensaje del papa Francisco sobre la cuestión, información diocesana, información de la parroquia… Se entregaban a la entrada y/o a la salida, estaba en los bancos de las iglesias, el párroco hacía un comentario en el sermón, se ponía un vídeo de un minuto después de la comunión…», agrega.
Para este equipo, que trabaja junto a otros 18 proyectos en un plan estratégico que tiene por objeto la autofinanciación de la diócesis al 100 % por parte de sus miembros, este reconocimiento «te da un poco la satisfacción de saber que lo hemos logrado, y más, si cabe, por enviar un mensaje de que se puede, que sí es factible incrementar las suscripciones con unos programas determinados, planificados y bien puestos». Sin embargo, Morán no quiere olvidar que, antes de esto, llevaban diez años fracasando. «Esto es como lo que decía Edison, que conocía mil maneras de que no funcionara una bombilla antes de hacerlo», subraya. Ahora, reconoce que tanto estas experiencias de éxito como de fracaso son muy aprovechables para otras diócesis, si bien «hay que adaptarlas a la cultura de cada zona concreta; no se puede copiar y aplicar directamente».
Más humilde fue la movilización de Mohedas de la Jara, una localidad de 400 habitantes radicada en la archidiócesis de Toledo. Allí, el deterioro por las termitas obligaba a reformar la tribuna del coro de la iglesia de San Sebastián, mártir, y había que rehabilitar toda la cubierta de la ermita de la Virgen del Prado, cerrada desde 2022 por riesgo de derrumbamiento. En total, los presupuestos ascendían a 222.000 euros, a los que había que sumar todos los gastos habituales de la parroquia. «Lanzamos una marcha solidaria en las fiestas de la Virgen, una chocolatada y bingo para recaudar fondos, una cena parroquial, lotería solidaria, venta de calendarios y un sinfín de actividades», detalla Ángel Verdugo, párroco de la localidad.
Al final, y con mucho esfuerzo, este pueblo de 400 habitantes, «donde no hay industria ni grandes empresas, sino gente de campo», lo consiguió. Don Ángel destaca: «Aquí estaba todo muy adormecido tras la pandemia y este proyecto lo ha revitalizado». Así, la recaudación de fondos «ha repercutido en una pastoral que ha acercado a los sacramentos a quienes estaban alejados, ha hecho parroquia y muchos se han vuelto a sentir en casa». Por ello, da gracias a Dios, a la archidiócesis, a sus pastores y a sus parroquianos, ya que «aquí no podemos estar contando números, sino lo meritorio». Y anima a las parroquias con dificultades económicas a «motivar a los feligreses a que ayuden, evangelizando además con estas actividades, pues cada uno aporta su tiempo, su dinero o sus habilidades». Porque «no es solo el párroco quien tiene que levantar esto, sino que es entre todos, ¿no?».
Una red conjunta
La Red turística de experiencias y visitas al patrimonio religioso, por último, también nació en Bilbao, con el objetivo de intentar dar valor a la monumentalidad diocesana. Bajo las premisas de un programa de ayuda del Ministerio de Industria y Turismo, decidieron invitar a su proyecto a otras diócesis para lograr «una experiencia que atraviese a un mayor número de personas con el objetivo de valorar lo nuestro, con una propuesta viable, que genere ingresos y que en un futuro también contribuya al sostenimiento del patrimonio», indica Iñaki Ruiz de Balugera, uno de los impulsores del programa.
Así, presentaron la Expedición 4.0 al Medievo, una red turística de experiencias y visitas al patrimonio religioso que engloba 17 enclaves de ocho diócesis —Bilbao, Pamplona, Burgos, Granada, Toledo, Plasencia, Barbastro y Jaca— y propone completar todo el mapa como un puzle. «Queremos usar recursos tecnológicos para conseguir una experiencia inmersiva, multisensorial, interactiva… que ayude a los visitantes a que sientan y se diviertan. Y también proponemos eliminar barreras arquitectónicas y cognitivas, trabajando con negocios locales para luchar contra la despoblación», agrega. Concebido como un proyecto piloto, este reconocimiento «es un premio a la capacidad de aprender y trabajar juntos, poniéndonos de acuerdo».
Incidiendo en esas virtudes, «si los engranajes funcionan, este proyecto va a estar abierto a que se incorporen nuevas diócesis, porque es una primera piedra de algo que puede convertirse en mucho más grande. Desde el punto de vista del patrimonio, se puede apostar por nuevas visiones, por dar un valor añadido a las visitas, con nuevos perfiles que resulten más atractivos a un mayor número de personas y con más rango de edad», resume Ruiz de Balugera.
El Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la CEE, impulsor de estos galardones, designó como miembros del jurado de esta edición a Vicente Rebollo, obispo responsable del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia; José María Albalad, director del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia; Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos; y a los directores de las Comisiones para la Evangelización, catequesis y catecumenado y para las Comunicaciones sociales, Francisco Romero y José Gabriel Vera, respectivamente.