La Fundación DeClausura ha otorgado a las Dominicas de Lerma el Premio Orar 2024 por el Reto del Amor. Con motivo de la jornada Pro Orantibus, ECCLESIA entrevista a la responsable del proyecto
Este domingo, la Iglesia que peregrina en España celebra, coincidiendo con la solemnidad de la Santísima Trinidad, la jornada Pro Orantibus, en la que se nos invita a «recordar con gratitud en nuestra oración a aquellos que se han consagrado enteramente a vivir a la luz del misterio eterno», porque ellas y ellos son «los que rezan», según ha expresado la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española. En conmemoración de este día tan importante, ECCLESIA entrevista a sor Leticia, de 47 años —28 en el monasterio de San Blas—, en representación de las hermanas dominicas de Lerma, que acaban de recibir el Premio ORAR 2024 que ofrece la Fundación DeClausura por su Reto del Amor, «una ingeniosa propuesta de oración que, desde hace más de doce años, llega cada día a miles de personas a través de las nuevas tecnologías». La Fundación ha valorado especialmente el «fuerte vínculo espiritual de esta comunidad contemplativa con la sociedad, a la que le propone a diario vivir el Amor con mayúscula. Las monjas del Reto facilitan e impulsan la relación personal con Cristo».
¿Cómo es un día en un convento de clausura?
El día a día en un convento de clausura es muy normal, un día como el que puede vivir cualquiera: nos levantamos, rezamos el Oficio Divino y tenemos la Eucaristía,
trabajamos en nuestros oficios, tenemos recreo, estudiamos, hacemos oración personal… Es una vida normal dentro de nuestras circunstancias, al igual que cada uno tiene las suyas. Lo que marca la diferencia y hace que no haya rutinas es Cristo, Él hace que cada día sea nuevo y especial. Cuando tú quieres vivir de Cristo, pones a Cristo en el centro de tu vida.
¿Cuántas hermanas son en el convento y cuántas escriben el Reto del Amor?
En la actualidad somos catorce hermanas de todas las edades. De ellas, somos cinco las que escribimos el reto: sor Matilde, sor María Sión, sor María Israel, sor Joane y yo misma, sor Leticia. Aunque en algún momento de estos doce años todas las hermanas han escrito un reto, en la actualidad nos encargamos nosotras cinco.
¿Cómo surgió este proyecto hace ya doce años?
El Reto del Amor surgió porque una persona me pidió si le podía enseñar a orar y amar. Después de rezarlo y preguntarle al Señor cómo hacerlo, el camino que me mostró era el de compartirle lo que yo estaba viviendo en cada momento y mi manera de relacionarme con el Señor. En concreto, dónde veía al Señor cada día y cómo Él me invitaba a vivir de ese amor que me daba. En resumen, el Reto es un acontecimiento diario donde vemos al Señor y desde el que te invitamos a vivir en el Amor.
¿Se puede evangelizar desde la clausura?
Sí. La clave nos la da santo Tomás: «Contemplar y dar a los demás lo contemplado».
¿Cuál es el secreto para que el Reto del Amor siga existiendo cada día doce años después en un mundo tan condenado a la novedad e inmediatez?
Yo más que hablar de secretos o fórmulas mágicas, centraría esta pregunta en quién hace que siga existiendo… y este Quién es el Señor. Porque Jesús no es algo histórico, alguien que vivió en Nazaret y murió. Sino que es Alguien que está vivo, que está resucitado, que vive con nosotros y que día tras día nos muestra cómo nos ama, cómo nos cuida y cómo nos protege. Por tanto, nosotros lo único que intentamos en el Reto es mostrarte el amor de Cristo y que Jesús está contigo. Pero no porque nosotras nos lo imaginemos, sino porque Él dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Al final, el Reto lo que intenta es mostrar que Cristo está vivo, que te ama, que no estás solo y que Él quiere que tú seas feliz.
¿Cómo se hace el Reto del Amor?
Se hace siempre en oración, solemos escribirlo en la oración de la tarde. Y, bueno, al final lo que intentamos plasmar es una vivencia del Señor.
¿Qué significa para su comunidad este Premio ORAR 2024 que les ha concedido la Fundación DeClausura?
Una acción de gracias al Señor por darnos la oportunidad de anunciarle cada día a tantas personas. También un agradecimiento a todas las personas que hacen posible que el reto se lea y se difunda cada día. El Reto no sería posible sin el apoyo de muchas personas que lo esperan con ilusión cada mañana para que los lleve al Señor. Pienso en cada persona que lo reenvía, que lo lee, que lo reza, que lo traduce a otros idiomas, que lo lee a sus alumnos a primera hora, que lo imprime para llevarlo a la cárcel, que lo comparte con personas enfermas en sus momentos de dolor y sufrimiento…
¿Qué otros proyectos de evangelización están desarrollando desde la clausura?
Tenemos varios. Por ejemplo, hay una hermana que escribe todos los miércoles y sábados un comentario bíblico a la palabra de Dios. También, el día 8 de cada mes subimos a nuestra página web un texto que escribe otra hermana sobre santo Domingo. Incluso, hay una hermana que tiene su propio canal de YouTube, donde sube las canciones de adoración que compone. Tenemos una página web, una App, diseñamos y dibujamos artículos religiosos, tenemos una escuela de lectura… Siempre con el objetivo de mostrar al mundo cómo se puede vivir con Cristo en tu día a día.
¿Por dónde cree que pasa el futuro de la vida contemplativa?
Podría decirte por dónde pasa el presente, pero el futuro sólo está en manos del Señor. Él lleva nuestras vidas, es quien marcar el camino ayer, hoy y siempre. Cristo no va a pasar. Pasarán formas, circunstancias… un montón de cosas. Pero Él no va a pasar y la vida contemplativa tampoco, porque es una vida totalmente evangélica.
¿A qué achaca, entonces, esta crisis que viven conventos y monasterios?
En mi opinión, no es una crisis de conventos y monasterios, sino una crisis que vive la sociedad actual y ello afecta intrínsecamente a la persona. El hombre ha dado la espalda a Dios y por esto vemos esta falta de esperanza. Queremos que el Reto sea un punto de luz en esta búsqueda de Jesucristo y con ello la felicidad del hombre.