El Gobierno de Daniel Ortega ha expulsado del país latinoamericano a religiosos detenidos en el Seminario Nuestra Señora de Fátima de Managua.
El Gobierno de Nicaragua persevera en su acoso a la Iglesia. El jueves llegaron a Roma siete sacerdotes desterrados: Víctor Godoy, Jairo Pravia, Silvio Romero, Edgar Sacasa, Harvin Torres, Ulises Vega y Marlon Velázquez. Todos ellos se encontraban detenidos en el Seminario Nuestra Señora de Fátima de Managua.
Los hechos, recogidos por Vatican News, fueron escuetamente confirmados el mismo día por tarde por el Gobierno de Nicaragua a través de una nota de prensa. Se trata del quinto destierro de grupos de sacerdotes que se efectúa desde Nicaragua: los dos primeros, en octubre de 2022 y febrero de 2023, se dirigieron hacia los Estados Unidos; los otros dos, en octubre de 2023 y en enero de 2024, hacia Roma. En estos dos últimos grupos se encontraban los obispos: Rolando Álvarez e Isidoro Mora.
Los siete presbíteros expulsados en esta ocasión pertenecen a las diócesis de Matagalpa y Estelí. Según informan medios nicaragüenses, entre los desterrados del país no se encuentra el administrador de la Diócesis de Estelí, el padre Frutos Valle, que fue detenido el pasado 26 de julio.
La persecución religiosa que está llevando a cabo el régimen liderado por Daniel Ortega forma parte de una estrategia autoritaria que amenaza con aislar al país. Así, el miércoles Arturo McFields Yescas , exembajador nicaragüense ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), confirmó la orden del Gobierno de expulsar al embajador de Brasil en Nicaragua, Breno de Souza Brasil Días da Costa, por no asistir al acto de celebración del 45 aniversario de la revolución sandinista el pasado 19 de julio, al que fue invitado. El Gobierno de Brasil reacción ayer con la expulsión de la embajadora de Nicaragua, Fulvia Castro, en «reciprocidad».
Daniel Ortega es uno de los líderes históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una organización guerrillera de ideología marxista-leninista que se hizo con el poder en la década de los 80 del pasado siglo. Llegó a ser jefe de Estado de Nicaragua entre 1985 y 1990, cuando fue sustituido por una coalición de 14 partidos liderada por Violeta Barrios de Chamorro.
Tras perder un par de elecciones, Ortega volvió al poder en 2006. Su deriva autoritaria provocó una emigración masiva y le aseguró la reelección en 2011, 2016 y 2021. Su familia acapara las instituciones y una gran mayoría de la comunidad internacional no duda en referirse a él como dictador.
El Papa Francisco ha mostrado su preocupación por Nicaragua, y abundan los testimonios sobre la persecución religiosa.