En una audiencia privada, Francisco anima a los candidatos al sacerdocio a llevar la luz de Dios a «los campos que ahora parecen yermos, fecundándolos de esperanza»
El papa Francisco conoce muy bien España. Y lo ha vuelto a demostrar este sábado al recibir a los seminaristas de Burgos, en la que reconoció con agrado «un mosaico de razas, culturas y edades que se han encontrado para responder juntos a la llamada de Jesús al sacerdocio ministerial». De hecho, ha citado su visita en los años 70 a la archidiócesis y recordó una cita del Cantar de Mio Cid.
Una llamada que se hace carne en una tierra concreta, «rica de historia y tradición, de gentes recias por el clima y las costumbres, pero que ahora ustedes definen como la España vaciada», ha dicho en su intervención.
Así, al reflexionar sobre el pasaje de san Lucas en el que envía a los discípulos a los lugares a los que iba a ir él, ha añadido: «Es un buen criterio de discernimiento y examen, pues lo podemos traducir a nuestra realidad: Jesús me quiere en esta tierra vaciada para que lo haga presente entre mis hermanos, para que construya comunidad, construya Iglesia, pueblo».
Para el Pontífice, esta tarea se realiza «siendo un grupo heterogéneo que sabe de acogida y de enriquecimiento mutuo» y, por ello, «sin caridad a Dios y a los hermanos, sin caminar de dos en dos, no podemos llevar a Dios».
Asimismo, los ha conminado a tener una actitud de abandono y confianza, para que el vacío solo se haga en el corazón para acoger a Dios y al hermano.
Y ha concluido: «Tener a Dios en nosotros nos llena de paz, una paz que podemos comunicar, que podemos llevar a todos los pueblos y ciudades, desear para cada hogar. De ese modo llenarán con su luz los campos que ahora parecen yermos, fecundándolos de esperanza. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide».
En la reunión con el Papa han participado los seminaristas que forman parte de la comunidad formativa de Burgos —integrada los de la archidiócesis de Burgos, las diócesis de Osma-Soria, de Calahorra y La Calzada-Logroño y Gitega (Burundi)— y del Seminario Redemptoris Mater de Burgos. Con ellos, los formadores y los obispos diocesanos.
El de este sábado no es el único encuentro que el Pontífice ha mantenido este año con seminaristas españoles. La semana pasada fue el turno de los de Sevilla y en febrero se vio con los de Madrid.