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Alistair Dutton, presidente de Caritas Internationalis

Alistair Dutton (Caritas Internationalis): «Estamos ante la mayor crisis alimentaria de los años recientes»

El escocés Alistair Dutton es el secretario general de Caritas Internationalis desde el mes de mayo. Con más de 25 años de experiencia en el sector humanitario, ha guiado proyectos en más de 70 países. 

Alistair Dutton trabajó con Cáritas por primera vez en 1996 y ha sido testigo de situaciones inenarrables en lugares como Kosovo, Darfur, Irak, Siria o el Sahel. Ante la multiplicidad de crisis que atraviesan el planeta, lamenta que haya «gente que muere de hambre en Etiopía y nadie habla de ello». En una entrevista para ECCLESIA confiesa su temor por cómo va a terminar la guerra entre Israel y Palestina. Hace poco visitó la zona y constató la frustración del personal de Cáritas por no poder hacer mucho más en la Franja de Gaza.

Estuvo recientemente en Tierra Santa, ¿qué situación se encontró?
Muy desoladora. La gente se siente impotente y frustrada. Gaza está completamente aislada. El alto el fuego permitió un respiro y la llegada de ayuda. Yo estoy en contacto constante con Cáritas Jerusalén para saber lo que está sucediendo. Hay mucha gente refugiada en la parroquia o en escuelas y no saben lo que se van a encontrar fuera. 

Cuando hice esta visita a Tierra Santa, en Gaza había todavía gente que contaba con suministros para sobrevivir. La entrada de ayuda desde fuera ha sido muy, muy difícil. Por eso, nuestro personal se siente tremendamente frustrado. Con el Catholic Relief Services, tratamos de entrar por el paso de Rafah antes de la tregua. En diciembre, teníamos seis camiones de ayuda, que es poco para lo que se necesita, pero logísticamente nos ha supuesto un esfuerzo colosal. Logró entrar uno de ellos, pero el problema entonces fue que, tras el paso, en Gaza, no hubo forma de llevar esa ayuda hasta la población. Nos resulta muy difícil enviar ayuda, porque tendríamos que poder entrar, determinar la situación y saber a dónde llevar los recursos.

¿Qué pasa en Cisjordania?
Allí la gente puede moverse con cierta libertad si tienen la ciudadanía israelí. Para los palestinos quedaron suspendidos todos los permisos de movimiento. Cuando entré a Belén, la gente llevaba semanas sin cruzar a Jerusalén. Significa que miles de personas no han podido ir a trabajar, han perdido sus ingresos y con mucha dificultad mantienen a sus familias. Es también una suerte de guerra económica, un bloqueo contra el pueblo palestino que perjudica, además, a Israel. La economía se ha frenado. La mayoría de los vendedores que proporcionaban alimento a Gaza eran israelíes. E Israel ha perdido a todos los trabajadores palestinos y con ellos una enorme cantidad de ingresos.

¿Cuál es la crisis qué más preocupa a Caritas Internationalis hoy en día? 
Es difícil saber en qué dirección mirar en un momento de crisis. Están las crisis que son obvias, como esta de Tierra Santa, que recibe mucha cobertura mediática, y las que no lo son tanto. Lo cierto es que en cada crisis que respondemos hay personas cuyas vidas han quedado rotas. Es una triste ironía que ahora contemos con noticias las 24 horas, pero la información parezca menos capaz de repercutir o calar de lo que lo hacía antes. Pensemos en Ucrania, que ha sido relegada al olvido con lo que pasa en Tierra Santa. En mi opinión, lo más preocupante es estar ante la mayor crisis alimentaria de los años recientes. Es la mayor que he visto en mi vida. Atraviesa toda África, desde el mar Rojo hasta el océano Atlántico.

¿Esto se debe a la guerra de Ucrania?
Se debe a siete cosechas sin lluvias de las que la gente no ha podido recuperarse. Hoy, hay personas que mueren en Etiopía de hambre y de enfermedades relacionadas con el hambre, pero nadie habla de ello. Las crisis alimentarias empeoran, además, cuando se les suma un conflicto como es el caso de Somalia, Etiopía, Sudán del Sur… En estos meses, hemos tenido una ola de golpes militares y cambios de gobierno en el Sahel, pero no se habla de ello. No hay una cobertura mediática real de las consecuencias humanitarias de todo esto.

Otras crisis en las que hemos intervenido son la de Nagorno-Karabaj, el terremoto en Marruecos, las inundaciones en Pakistán, el conflicto en Myanmar del que no se habla en absoluto…

¿Y tiene Cáritas los medios para responder a todas esas crisis?
La respuesta es sí, hasta cierto punto. Obviamente, cuando hay una crisis importante, con mucha atención de los medios, nuestros miembros, como Cáritas España, pueden recaudar grandes cantidades de dinero que, junto a sus ingresos generales, pueden usar para una emergencia concreta y reservar para apoyar otras para las que no pueden recaudar fondos específicamente. Todos nuestros miembros buscan constantemente distintas fuentes de financiación. Pero está claro que hay algunas emergencias que reciben mucha financiación y otras que están casi totalmente olvidadas.

¿Por qué eligió Ucrania como primer viaje tras su nombramiento como secretario general de Caritas Internationalis?
Hay una serie de situaciones que quería poner de relieve en mis primeros meses, como el papel de Cáritas en territorios de conflicto. Hemos estado desde el principio en Ucrania. En primer lugar, proveyendo de comida o refugio en los primeros compases de la emergencia. Ahora, ayudando a reactivar la economía, a que las personas puedan recuperar su medio de vida. También estamos colaborando en la reparación de daños fácilmente reparables en los edificios. En gran medida, estamos operando en un nivel de necesidades básicas. Por otro lado, el daño psicológico de la guerra es catastrófico. Por eso, Cáritas en Ucrania también está trabajando en el apoyo psicológico y psicosocial para ayudar a las personas a procesar lo que están sufriendo.

¿Cómo va a ser 2024?
No sé cómo se va a resolver lo que sucede entre Israel y Palestina. No sé qué va a ser de los 2,2 millones de personas que viven en Gaza. ¿Realmente van a masacrar a toda la población? No lo sé. Creo que veremos muchas más emergencias relacionadas con el clima. Ya son muy frecuentes. Antes teníamos un mega huracán o temporal y era algo único. Sucedía de forma excepcional. Ahora pasa muchas veces y es difícil solicitar ayuda a nuestros donantes todas las semanas porque estos fenómenos se registran todas las semanas. Así que tenemos que seguir ayudando a las poblaciones a adaptarse al clima para que, cuando ocurran estos eventos, puedan responder ellos mismos a la emergencia. No me sorprendería que el próximo conflicto estuviera relacionado con el clima, y la migración sería uno de los factores que lo impulsarían. Siempre que hay un gran movimiento de personas, se genera conflicto.

¿Cuál es el mensaje de Cáritas sobre migración? 
Para que la gente no tenga que desplazarse por eventos climáticos, tenemos que reducir los niveles de carbono con el fin de mantener habitables todas esas zonas. Si se vuelven inhabitables, si África se vuelve inhabitable, por ejemplo, tendríamos mil millones de personas en movimiento. 

Si no abordamos el cambio climático ahora, los problemas migratorios serán de una magnitud muy, muy seria. Siempre hablamos de que las personas tienen que ser libres para migrar o para quedarse. Pero no está siendo así. Lo que veo, cada vez más, es que, si el número de migrantes aumenta, Europa construirá un muro más alto. No responderá más generosamente. 

Usted cuenta con más de 25 años de experiencia en el campo humanitario y ha visto mucho dolor en el mundo, ¿cómo hace para vivir con ello?
Cuando acudes a una emergencia y eres testigo de lo que experimentan los directamente afectados, te das cuenta de que siempre encuentran la fuerza para recuperarse y pensar en cómo sacar adelante a sus familias. Si ellos tienen esa voluntad, esa fuerza, ¿cómo podemos desesperarnos nosotros si ellos no lo hacen? 

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